viernes, 9 de enero de 2009

¡Vaya número!

Ya he hecho referencia, de la obra Etimologías de San Isidoro, a parte de lo que dedica a las matemáticas (aunque no parece que haya tenido mucho éxito).

No obstante, conviene recordar parte del capítulo 4 Quid praestent numeri, y en concreto una frase tan rotunda como la que sigue:

Ratio numerorum contemnenda non est.

Como ya no nos encontramos dentro de la clase de matemáticas, ofreceremos también la versión española (como aguinaldo, dadas las fechas tan recientes. De nada).

No debe menospreciarse en absoluto la ciencia de los números.

Por si se considera necesaria alguna explicación, seguimos leyendo:

En cierto sentido es evidente que nosotros vivimos bajo la disciplina de los números, ya que, gracias a ella, sabemos las horas, llevamos el cómputo del paso de los meses y conocemos cuándo retorna cada época del año. Merced al número aprendemos a no ser engañados. Suprime de todas las cosas el número, y todo se extingue. Quítale al tiempo su cómputo, y todo quedará envuelto en la ciega ignorancia: el hombre no podría diferenciarse de los restantes animales, que ignoran la noción del cálculo.

Y si alguien sigue sin estar muy convencido, tal vez este artículo de Sarah E. Needleman este pasado día 6 de enero, en The Wall Street Journal, le termine de convencer: Doing the Math to Find the Good Jobs.

De los trabajos que se comentan en el artículo y se reflejan en la tabla, ya hablaremos en otro momento, pero podemos adelantar que tal vez la lista se haya modificado tras los últimos acontecimientos, ya que en el puesto decimoquinto como mejor trabajo figura el de meteorólogo.

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