miércoles, 18 de marzo de 2009

Películas

Como todo el mundo que haya visto películas policíacas, de género negro, y de este tipo, en Estados Unidos (estoy hablando de películas que se ven, claro) aparte de la famosa quinta enmienda (que impide obligar a nadie a declarar contra uno mismo), está el asunto ése de que todo el mundo es inocente hasta que se demuestra lo contrario. Es decir, que lo que hay que demostrar es la culpabilidad, que la carga de la prueba la tiene la acusación y no la defensa, y todo eso.

Sin embargo, por aquí la cosa es muy distinta. Y tal vez sea consecuencia de que apenas nadie va a ver cine español, y claro, las películas son muy diferentes.

Tan diferentes como que aquí la carga de la prueba la tiene la defensa, es decir, todo el mundo es culpable hasta que se demuestra lo contrario. Y no es que lo diga yo o sea una impresión mía; es que lo pone por escrito, por ejemplo en el periódico global un famoso dibujante a quien en muy contadas ocasiones he encontrado gracia o humor, es decir, inteligencia (dichas ocasiones ahora mismo no recuerdo -o sea, que tal vez se trate de una leyenda urbana-, al igual que tampoco recuerdo que nadie haya alabado su presunta carrera profesional como arquitecto, que según mis datos es lo que es, como claro ejemplo de cómo acabó la universidad con Franco, y así sigue). El dibujo es que acompaña estas líneas.

El peligro no es el dibujante, sino este otro.

En el Congreso de los Diputados, con luz y taquígrafos, un Ministro ¡del Interior! ha pedido que se demuestre la inocencia, y la oposición se ha limitado a decir que no, pero sólo con el dedo (¡dentro noticia y vídeo!).

¡Y nadie ha sido capaz de denunciar esto!

¡Pero si ni siquiera pido que, mutatis mutandis, digan que el actual excelentísimo señor Ministro del Interior tenga que demostrar de forma indubitada su total y absoluta inocencia de cuando era excelentísimo señor Ministro Portavoz del Gobierno, integrante del Consejo de Ministros (órgano colegiado, creo recordar, o sea, que las responsabilidades no son individuales sino de todos a la vez), en el asunto de los GAL!

Si es que les dan sopas con honda (eso sí, sin salpicar, que el traje quede impecable, no veas lo que nos cuesta), y las pedradas, contra nuestras frentes.

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