viernes, 10 de julio de 2009

De un lado a otro

Este año, entre otras cosas, los Reyes me dejaron el Zaragozano, tanto en su edición de libro como de librillo de bolsillo.

Al margen de sus famosas predicciones meteorológicas, recoge también celebraciones, fiestas y, en particular, los santos cuya memoria se recuerda cada día. Sobre el día 10 de julio nos informa de la celebración de Santa Amalia, virgen, y Santas Rufina y Segunda, mártires. Y, por supuesto, San Cristóbal, mártir.

He dicho “por supuesto” ya que es el día que yo siempre recordaba; sin embargo, en varios sitios he encontrado que su festividad se celebra el 25 de julio, por ejemplo en el libro Guía iconográfica de la Biblia y los santos, editado por Alianza Editorial, obra de G. Duchet-Suchaux y M.Patoreau, versión española de César Vidal, y con una Introducción cuya autoría, al no ir firmada, debe atribuirse a los autores de la misma obra.

Pero no vamos a discutir sobre las fechas: es el 10 y ya está. Lo que voy a hacer es transcribir parte de lo que sobre San Cristóbal dicen los autores:

Un conjunto de leyendas tomó cuerpo en Asia Menor en torno a cierto Cristóforos, que habría sido martirizado bajo Decio (?). Aparte de su nombre («el que lleva a Cristo»), no se sabe nada concreto sobre este mártir, salvo que fue venerado en Calcedonia a partir del siglo V.

La acción más conocida de esta persona, de donde deriva toda su iconografía (de la que recojo un cuadro de Patinir en El Escorial -ejemplo de paisaje, como en su exposición de El Prado- y un cuadro, anónimo, en la Catedral de Valencia), es la siguiente:

“[Cristóbal] Intenta servir al soberano más poderoso del mundo y se pone al servicio de Satanás. Pero entonces se percata de que la vista de un crucifijo basta para hacer huir a éste. Se compromete en el servicio de Cristo, y ayuda a los viajeros a atravesar un curso de agua peligroso. Una tarde, un niño lo llama. Se lo sube a los hombros. El niño va pesando cada vez más; el gigante, apoyado en su bastón, llega finalmente a la orilla opuesta en la que un ermitaño le guía con su luz. «Soy Cristo, tu rey, le revela entonces el niño, has llevado sobre tus espaldas a aquel que creó el mundo. Como prueba, añade, hunde tu bastón en el suelo: mañana habrá florecido y dará frutos.» La predicción se cumple.

Otra forma en que se cuenta la tradición dice que el Niño Jesús vino a decir algo así como “Soy Cristo y llevo conmigo al mundo entero: por eso tanto peso”.

En la actualidad, San Cristóbal está considerado como patrón de los automovilistas, y de hecho, es este día (no el 25) cuando, al menos en Valencia, los profesionales del transporte por carretera honran a su patrón y se ponen (ellos y sus vehículos) bajo su protección (el resto de automovilistas, la gran inmensa mayoría, ni saben ni quieren saber de estas tradiciones).

En la antigua N-III de Madrid a Valencia, a medio recorrido, más o menos, del portillo de Buñol, junto a un lateral de la carretera, hay como un pequeño templete donde se venera una imagen de San Cristóbal. Hay o había, que por ese tramo de la carretera hace años que no paso: desde que se finalizó la autovía A-3 (ya con Aznar, tras el mutismo de Lerma y los suyos ante las largas de González y los suyos, que eran todos los mismos).

Curiosamente, en el Zaragozano de este año, en este mes de julio se recoge una cita de Homero: “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”.

Pues nada, que hablar de conductores, de atravesar ríos peligrosos, de ayudar a la gente a hacerlo, de que ello supone una gran carga,… pues todo esto es lo propio de hoy, ¿no?

1 comentario:

  1. El templete continúa pero creo que girado 180º para que mire hacia los que transitan por el viaducto. Además le han colocado unos paneles solares para... no sé muy bien qué.

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