sábado, 1 de agosto de 2009

No han pasado dos mil años

Instigado por la serie de televisión (de la BBC, pero en la única televisión que había por aquí, o sea, TVE), hace treinta años, un mes y un día compré Yo, Claudio, de Robert Graves, en El libro de bolsillo (número 691 del de entonces), de Alianza Editorial, según traducción de Floreal Mazía. Dos meses y medio después compré la continuación Claudio, el dios, y su esposa Mesalina, también de la misma editorial y colección. La serie de televisión reunía y adaptaba ambas obras en una sola trama dramática, trágica, más bien.

Si bien los libros los leí en su momento, la serie de televisión (que adquirí en vídeo y fascículos en una colección de kiosco hace también muchos años), la vi nuevamente hace poco.

La obra consta de muchas escenas memorables, aunque la que ahora recuerdo sólo es ejemplar en el sentido cervantino. Se sitúa siendo Tiberio emperador y, en concreto, es el momento de la caída de Lucio Elio Sejano, Prefecto de la Guardia, es decir, a todos los efectos, segundo del Imperio. El momento y las consecuencias se recogen en este fragmento de la serie de televisión. Una de las consecuencias es narrada así en la novela:

Los hijos que [Sejano] había tenido con Apicata fueron ejecutados por decreto. Había un joven mayor de edad, otro menor que él y la joven que había estado prometida con mi hijo Drusilo; ahora tenía catorce años de edad. El chico menor de edad no podía ser legalmente ejecutado, por lo que, siguiendo un procedimiento de la guerra civil, le hicieron ponerse en la ocasión su túnica viril. Como la joven era virgen, estaba aún más fuertemente protegida por la ley. No existían precedentes para la ejecución de una virgen cuya único delito consistía en ser hija de su padre. (…) Macro dio orden de que, para evitar la mala suerte que caería sobre la ciudad si la ejecutaban cuando todavía era virgen, el verdugo la violara.” (pág. 396)

Vía barcepundit me entero de que esa tiranía que existió en Roma hace dos mil años, se ha reencarnado en el actual Irán, uniendo ahora a la tragedia, la farsa.

UN MIEMBRO de las milicias progubernamentales iraníes Basij ha admitido en una entrevista que violan a las prisioneras jóvenes antes de ejecutarlas:

«In the Islamic Republic it is illegal to execute a young woman, regardless of her crime, if she is a virgin, he explained.»


(para leerlo todo, aquí)

Sé que se extenderán las condenas… después de las vacaciones.

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