martes, 20 de octubre de 2009

El regreso de...

Estos días me he enterado de que el nieto de Bram Stoker ha publicado lo que podría decirse que es la continuación de Drácula.

Esta famosa novela me la compré un julio de hace 29 años, en edición de la colección Buho de Plaza&Janés, y casi seguro que la leí inmediatamente, aprovechando, además, las fechas del verano (por cierto, mi primer verano universitario). Un aspecto poco conocido de la novela es que puede decirse que se trata de una novela epistolar, es decir, los narradores son los propios protagonistas a través de cartas que se dirigen entre ellos y mediante anotaciones en sus diarios. Esto permite presentar “interiorizados” los sentimientos (de terror, por ejemplo), las percepciones y las experiencias sufridas (nunca mejor dicho).

Curiosa y casualmente, esta mañana…

Esta mañana, en los locales de la empresa en que trabajo, se ha presentado un equipo del Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Como ya comenté en su momento, soy donante de sangre,… pero cómodo. Digo esto porque dono cuando se producen visitas como la de hoy,... y ahí nos hemos presentado. En esta ocasión, me he enterado de que la extracción es de 485 c.c. incluyendo los tubos necesarios para los análisis preceptivos. En la campaña de primavera (las visitas suelen ser en primavera y otoño) preguntaré (si de aquí a entonces me acuerdo) cuál es el volumen efectivo de donación; más que nada para tener algo de qué hablar y no dormirse uno los escasos diez minutos que dura el “acto”.

Como dije, a pesar de ser en un centro de trabajo, no se crea mala sangre sino buena.

Y me reitero en dar ánimos a los que aún no sean donantes para que sí lo sean.

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