lunes, 3 de mayo de 2010

Es gibt noch Richter im Berlin

Cuentan, entre la historia y la leyenda, que Federico II de Prusia, en su palacio favorito berlinés, que no se encontraba en Berlín sino en Potsdam, el Schloss Sanssouci, no hizo honor al nombre del palacio (Sans-souci=despreocupado), cuando se fijó en la existencia de un molino cercano, que, a su juicio, le estropeaba las vistas del paisaje, o le impedía ampliar los terrenos del palacio, o vaya usted a saber qué exactamente.

Tras varios intentos infructuosos para hacerse, incluso a buenas, con el molino (para derribarlo, claro), anunció al molinero propietario que había perdido una buena oportunidad de prosperar, pues a partir de ese momento expropiaría directamente el molino, sin ninguna indemnización.

Sin embargo, el molinero pleiteó, consiguiendo una resolución judicial favorable: y es que una cosa es que el monarca sea absoluto, y otra muy distinta, que se salte la ley cuando le de su ‘real’ gana (bueno, al menos, en Prusia).

Ante dicha resolución, Federico II, de Prusia, conocido como el Grande, exclamó la frase que da título a esta anotación: “Aún hay jueces en Berlin”, viniendo a decir que todavía había jueces, y no pelanas aduladores, que se atrevían a defender el derecho frente al capricho, aunque éste fuera del monarca.

Esta situación es recordada mediante una placa en la fachada de los antiguos Tribunales de Berlín, Altes Kammergericht, en la Lindenstrasse, en Kreuzberg.

Federico II el Grande fue uno de los últimos ejemplos de monarcas absolutos, aunque el hecho de cartearse con Voltaire, y ser influido por la Ilustración, tal vez le orientaran hacia esta decisión; o tal vez, simplemente, es que era muy prusiano, y le agradó que todavía quedaran jueces tan prusianos como él, que exigieran el cumplimiento de la ley, frente al capricho, incluso, regio.

Lo que no sé es por qué la frase, en la placa, está en francés, pues no creo que viniera el mismo Voltaire a escribirla.

A veces, recordar estas cosas del pasado, sean, como digo, leyenda o historia, viene bien. Lo que sí hay que tener en cuenta es que se trata de cosas del pasado. Ahora, la ‘sociedad civil’ parece que está en otras cosas, y por salud mental, no hay que insistir en exceso en las noticias.

Nota: buscando, he encontrado que todavía quedan jueces… en Buenos Aires.



Corolario: Por esas cosas de la justicia histórica, los antiguos Tribunales son ahora la entrada al Jüdisches Museum.

Actualización: quien dice jueces, dice fiscales.


Créditos:
Concierto de flauta por Federico el Grande en Sanssouici, cuadro de Adolf von Menzel, tomado de la Wikipedia.
Fotos de Altes Kammergericht (general y placa), en Berlín, enero de 2010, del autor.

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