viernes, 11 de junio de 2010

Las obras más hermosas

Hace tres semanas nos quedamos con que “en la charla, sobre el proceso de redacción de la novela, expuso que «llega un momento en que se atasca la novela». Y así le pasó.

En esta situación, Marta leyó un reportaje en el periódico sobre el legado de Verdi para un asilo en Milán, y la frase con la que lo resumió Verdi:“esta casa será mi obra más hermosa”.

En la página de internet de la ‘Casa Verdi’ puede leerse:
Il 16 dicembre 1899 nella casa di via Manzoni 29 a Milano, Giuseppe Verdi istituisce la Casa di Riposo per Musicisti - Fondazione Giuseppe Verdi «nella quale raccogliere e mantenere persone dell’uno o dell’altro sesso addette all’Arte Musicale, che siano cittadini italiani e si trovino in stato di povertà».
Unica al mondo nel suo genere, la Casa di Riposo è considerata l’ultimo capolavoro del Maestro di Busseto che dedica a questo progetto gli ultimi due anni della sua vita, prima di morire nel 1901 a 88 anni.
«Delle mie opere, quella che mi piace di più è la Casa che ho fatto costruire a Milano per accogliervi i vecchi artisti di canto non favoriti dalla fortuna, o che non possedettero da giovani la virtù del risparmio. Poveri e cari compagni della mia vita! Credimi, amico, quella Casa è veramente l’opera mia più bella». Così scrive Giuseppe Verdi in una lettera all’amico Giulio Monteverde.


Como resultado del reportaje, allá que se fue Marta, para conocerla: “se oía música de lejos”, había “una exposición de fotos de los residentes”. Entabló conversación con varios de ellos, y quedó muy afectada cuando se enteró de que una de las residentes, pocos meses después, padecía una modalidad ‘acelerada’ de Alzheimer.

Situada en la plaza de Michelangelo Buonarroti, la Casa Verdi era un imponente edificio pintado de blanco y cuajado de ventanas de ojiva que lo hacían semejante a una mansión veneciana. Costaba pensar en que aquel remedo de palazzo de los Dogos era en realidad un asilo, a pesar incluso del letrero de la fachada: «Casa di Riposo per Musicisti Giuseppe Verdi».
En cuanto atravesaron el portalón de entrada, Beatriz y Mario tuvieron la impresión de entrar en una abadía: fuera, el ruido del tráfico era casi insoportable, pero el amplio vestíbulo de la casa parecía estar concebido para poner el lugar a salvo del guirigay del mundo exterior. El vestíbulo flotaba en un silencio multiplicado por el pequeño jardín delantero, salpicado de rosales floridos. (…) La Casa Verdi parecía un lugar suspendido en alguna región indefinida del tiempo de los dioses. Avanzaron mecidos por las notas lejanas de un violín y una tuba, y por las escalas que cantaba una voz apagada que se resistía a dejar de ser hermosa. La atmósfera de extrema quietud debería haber sido turbada por el sonido de los instrumentos y los ejercicios de canto, pero eera como si todos los ruidos naciesen con el objetivo de apuntalar la paz sobrenatural de aquel refugio.


Esto le posibilitó desbloquear la novela, y afianzar en ella los aspectos de las cosas como forma de los recuerdos, de la historia de nuestra vida.

Sobre La importancia de las cosas, Marta comentó que es la que “más me gusta y creo que es la mejor, rematada, estructurada, escrita”.

Y sobre el mundo del escritor, en general:
Pensar en la destrucción de un libro es algo terrible”.
Hay que reconocer “la importancia que tiene la suerte”.
A los escritores hay que desearles lectores.

Sobre el éxito de un escritor tuvo varios comentarios:
Es bueno probar el fracaso y saber a qué sabe.
Habló de que, así como en el teatro existe el “veneno de taquillas”, también existe el “veneno editorial, aquel qu no vende sin saber por qué”.

En el plano personal, su peor momento profesional fue cuando le ofrecieron ser un negro de un no escritor. Pensó que algo mal estaba haciendo si le ofrecían eso.

Finalmente, recordó dos consejos de autores consagrados:
Hay que valorar los “trabajos alternativos”, según expresión de Vargas Llosa (él, por ejemplo, fue un tiempo ‘catalogador de lápidas’).
Y en opinión de Cabrera Infante, toda tu vida es útil para tu trabajo si eres escritor

Por último, nos anunció su próximo trabajo, una “novela juvenil, en otoño, de misterio, para unos 7 años, en clave adolescente”. Aunque eso sí, “necesito saber que tengo un mes sin salir”.

En resumen, una charla muy amena, muy interesante y que no me defraudó las buenas expectativas que tenía a partir de su novela.

En los saludos posteriores la felicité, le comenté que en mi opinión trataba demasiados libros en su sección de La linterna de Juan Pablo Colmenarejos, a lo que dijo que ya se lo trasladaría “al jefe”, y conseguí una dedicatoria en el libro.

¡Ah! Y con una semana de retraso, feliz cumpleaños, Marta.

Créditos:

Texto y fotografía de la Casa Verdi, tomados de su página oficial.

Fotografía de la placa existente en el Grand Hotel et de Milan, en el 29 de la Via Manzoni de Milán, en abril de 2007, del autor.

Fragmento de La importancia de las cosas, de Marta Rivera de la Cruz (pág. 319 y 322)

Dedicatoria de Marta Rivera de la Cruz, en mi ejemplar de La importancia de las cosas.

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