lunes, 12 de julio de 2010

César sin dinero sin cesar

«… No olvides nunca que en los veinte años más críticos de su vida César no tenía un céntimo. ¡César y el dinero! ¿Quién escribirá alguna vez esta historia? No existe entre los mitos griegos, ni siquiera entre los más fantásticos, ninguno comparable d ña de este manirroto sin recursos y a la de este pródigo del oro ajeno. No hay tiempo ahora para entrar en esto, baste con decir, en pocas palabras, que César no concibe como dinero el dinero que está en reposo. Jamás pudo pensar en él como una salvaguardia para el futuro ni como en un objeto de ostentación testimonio de la propia dignidad, poder o influencia. Para César el dinero sólo es dinero en el momento en que está haciendo algo. Su opinión es que únicamente deberían poseerlo los que saben qué hacer con él. Ahora bien: es evidente que los multimillonarios no saben qué hacer con su dinero fuera de aferrarse a él o de esgrimirlo como un arma. César, indiferente al oro –actitud que para el rico resulta, como es lógico, supremamente impresionante, desconcertante y hasta aterradora–, siempre encuentra una enormidad de cosas en qué emplearlo. Siempre puede poner en actividad el dinero de los demás y extraer el oro de las cajas fuertes de sus amigos.»

Como puede observarse, las opiniones sobre los que cabe hacer o no con el dinero no parecen ser sólo de ahora; casi se está describiendo lo que pudo ser una especie de Plan C, hace algo más de dos mil años.

Esta actualidad viene a colación de que, aun existiendo diferentes opiniones, una de las más extendidas es que el equivalente de un 12 de julio, del año 100 antes de Cristo, nacía en el seno de la aristocrática familia Julia, Cayo Julio César.

Del que se pueden decir muchas cosas, pero de momento nos quedaremos con tres, en concreto aquellas tres a las que dio nombre: el actual mes de julio; la cesárea como método de parto, aunque él no naciera así, pues en aquella época la madre moría inexorablemente, cosa que no le sucedió a la suya; y el título de César como emperador, aunque él tampoco tuvo este reconocimiento, y que en particular es la etimología del alemán Káiser y del ruso Zar.

Créditos:
Transcripción parcial del documento XII, extracto del libro de apuntes de Cornelio Nepote, donde anota comentarios de Cicerón sobre César, de la obra Los idus de marzo, de Thorton Wilder, según traducción de María Antonia Oyuela , publicado en 1974 por Alianza Editorial como volumen nº 501 de su colección El libro de bolsillo (pp. 64-65)

Imagen de anverso y reverso de un denario, emitido en el año 44 a.C. En el anverso, el busto de César laureado y la leyenda CAESAR IM P M; en el reverso, la diosa Venus portando un cetro y a Victoria y la leyenda L AEMILIVS BVCA. Tomada de la Wikipedia.

Fotografía de una estatua de Julio César en Roma, tomada de no recuerdo qué página de internet.

1 comentario:

  1. ¡Hola, Posodo!
    Mucho tiempo sin visitarte. me gusta el nuevo "look" que le has dado a tu blog.
    Efectivamente cesárea no viene de César, sino cæsum, participio pasivo del verbo latino cædere ‘cortar’ (fuente: http://www.elcastellano.org/palabra.php?q=ces%E1rea).
    Y comparte antecedentes etimológicos con incisión, cisma o "scissors" y, afortunadamente, ahora casi todas las madres sobreviviomos a una o a varias...

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