viernes, 1 de octubre de 2010

Con un par de… ruedas

Durante nuestro viaje a París a principios de septiembre de 2008, pudimos ver la existencia en aquella ciudad de un servicio de bicicletas, que se podían coger en una estación y dejar en otra sin mayores problemas.

Poco después (en febrero de 2009) sospecho que alguien se ha chivado al Ayuntamiento de Valencia, porque si no, no se entiende que se les haya ocurrido la misma idea. En julio ya lo tienen, parece, bastante avanzado, e incluso “durante esta semana [la del 7 de julio], de lunes a viernes, se podrán observar en horario de mañana (9 a 14 horas) ambos modelos de bicicleta que también cualquier ciudadano podrá conocer, si se acerca a la puerta principal del Ayuntamiento en la avenida de Aragón”. El caso es que yo sí que vi esas bicicletas “de comprobación”, pero o no les hice la preceptiva fotografía, o no consigo encontrarla. Pero bueno, ya se sabe que las bicicletas son para usarlas, moviéndose por la ciudad, y el que se mueve, no sale en la foto.

Hace prácticamente un año, se resuelve provisionalmente el concurso en cuestión, anunciándose que la disponibilidad del servicio estaría en un plazo de seis meses. Sin embargo, antes de que venciera el plazo, en marzo, ya nos lo anunciaban para el verano (se ve que alguien vio la película, y no quiso desentonar).

Y justo, justo cuando entraba el verano, se puso en marcha; entre la alegría del Ayuntamiento, que traslada a un periódico (Levante) y a otro (Las Provincias), aunque éste se hace eco de las quejas de los comercios dedicados a este negocio (en particular, en relación con el uso por los turistas).

La alegría dura incluso un día más, merced a lo extravagante que resulta hacer estadísticas con tan pocos datos. No obstante, el éxito del servicio es tal que incluso estaciones que ya están terminadas, ni siquiera figuran como “próximamente disponibles” en la página de internet de valenbisi.

A la vuelta del verano, el Ayuntamiento ha hecho un nuevo balance del servicio, encontrándose muy contento de haberse conocido. Y yo, por fin, he querido contribuir a ello. Ayer me di de alta en el servicio, y soy ya el abono doce mil y pico, es decir, que pronto tocaremos a una bici por cada diez abonados. Menos mal que soy bueno, y lo dejaré, en general, para los demás.

Sin embargo, ayer mismo lo estrené. Pero el sistema no estaba para tantas prisas, y no me dejó aún. Tuve que hacerlo por gentileza del abono de mi hermano. Y así pude regresar desde su casa hasta la mía. El trayecto, que en las distintas noticias se ponderaba entre unos 16 ó 20 minutos, acabó siendo de 23 minutos, y es que hay que ver los semáforos que pillas si lo quieres hacer bien. Aquí podemos ver la heroína que me soportó durante este tiempo.

Al llegar a la estación cercana a casa, coincidí con un vecino también usuario del sistema, al igual que su mujer; o sea, que de verdad, de verdad, al menos somos cuatro.

Tengo que reconocer que después de no sé cuántos años sin ir en bicicleta, la experiencia me ha cambiado. Y qué mejor que unas fotos para demostrarlo.



Sí, es cierto, yo también noto algo extraño en ellas, no sé… pero algo no me cuadra… ¡Ah, ya! ¡Cuando iba con la bici era de noche, no de día!

Créditos:
Fotografía de una estación de biciletas de alquiler, en París, en septiembre de 2008, del autor.
Fotografías de una estación de biciletas de alquiler, en Valencia, en construcción y finalizada, en junio de 2010, y en condiciones de funcionamiento, en julio de 2010, del autor.
Fotografía de la bicileta utilizada, en septiembre de 2010, del autor.
Fotogramas de la película Dos hombres y un destino.

7 comentarios:

  1. Gracias.
    He observado que la máquina de fotos, además de hacer de día las fotos de noche, saca los ojos azules, en vez de rojos.
    Pero por lo demás, creo que he salido muy bien, ¿no? (lo que no sé es dónde ha ido a parar el bombín -y no me refiero al de la bici-?
    Un saludo.

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  2. Ya me hubiera gustado a mí ser el dueño de la patente de este modelo de bicis. Media Europa las tiene, y no se por qué. Si alguien sabe la razón, que me la comunique. No me refiero a que exista este servicio de bicis, que a los que tenemos hijos nos viene hasta bien porque el arreglo de los pinchazos corre a cargo de todos los contribiyentes, sino a que el modelo usado sea el mismo en casi toda la vieja Europa.

    GAVION

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  3. Yo tengo la mía propia, así que...

    En cualquier caso, desde hace años, después de que un taxi estuviera a punto de hacerme empotrar contra un escaparate, juré que nunca más volvería a montar en bici por ciudad.

    En cualquier caso, sí, has salido muy favorecido, PaulPosodo

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  4. Hola, Gavión, bienvenido.
    Supongo que el modelo será el mismo, ligeramente adaptado por la evolución en el tiempo, porque la empresa adjudicataria es la misma, al menos, en Viena, París y Valencia.
    S.Cid, si tú tuviste un problema con un taxi, yo casi lo tengo con un coche que tenía prisa en retirarse a su plaza de garaje para su preceptivo descanso nocturno. Menos mal que yo iba con tranquilidad (de ahí, además de los semáforos, los 23 minutos); si el coche llega a coincidir con un ciclista que me adelantó un poco más adelante, que se ve que llegaba tarde a alguna contrarreloj, hubiera sido otra cosa.
    Un saludo a ambos.

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  5. ¡Vaya! yo también me he "Valenbisiado", tengo casi el nº 15.000.
    Lo uso muchos días, aunque debo reconocer que no te puedes fiar mucho del servicio: cuando más falta te hacen (a ciertas horas) no aparece ni una bici y a veces no encuentras dónde dejarla... y otras veces tienen problemas las terminales y no puedes sacar las bicicletas o te dicen que no hay cuando las estás viendo (pobre del que las deje mal aparcadas...).
    Lo que es verdad es que ir en bicicleta por la ciudad es más difícil de lo que uno pensaba.
    aparte de que las bicis son pesadas pero eso sí muy estables y limpias...

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  6. Hola Zuppi.
    Eso mismo (lo de quedrse sin bicis) le ha pasado esta mañana a mi hermano. Y lo de verlas y el terminal decir que no hay, le estaba pasando a una muchacha ayer por la tarde, cuando me acerqué para ver en el monitor dónde había estaciones por la Gran Vía.
    Por cierto, me acabo de dar cuenta de que en realidad yo soy el abonado diecinueve mil y pico,... un pequeño error de siete mil.

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