viernes, 15 de octubre de 2010

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Lo que trae una pausa para el café

Como ya se ha comentado, el pasado 30 de septiembre acudimos a la inauguración de BiblioCafé, una nueva librería en Valencia, con el formato de librería-cafetería.

Una cosa que apunté fue que como consecuencia de la mesa redonda, me quedé gratamente impresionado por dos de los intervinientes (sin perjuicio del tercero), con los que comenté algunas cosas. Lo que ya no dije es que, mientras deambulábamos por el recinto apreciando el vino de honor, a la par que completábamos el inventario de los libros expuestos, iba buscando libros de dichos autores, con el propósito, no ya de comprarlos, sino de que me los firmaran e incluso ¡válgame el cielo! de leerlos.





Las dos primeras etapas han sido ya culminadas. Falta la tercera.

Créditos:
Portada de los libros en cuestión, así como imagen de las amables dedicatorias.

6 comentarios:

  1. Pues ya verás cómo, en un futuro tal vez no muy lejano, leer libros va a estar considerado como una anomalía del comportamiento. Vamos camino de ello, sin prisas pero sin pausa.

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  2. En Camboya, los primos ideológicos de los de aquí, asesinaban a las personas que llevaban gafas porque presuponía que sabían leer.
    Estoy pensando en operarme.

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  3. Y en Oak Ridge, Tennessee, se publicó un anuncio durante la Segunda Guerra Mundial en el que se solicitaba gente que no supiera leer. El trabajo consistía en destruir cantidades ingentes de papel... que contenía información fundamental para construir la primera bomba atómica.

    Dentro de poco, habrá tantos aspirantes para esos puestos, que se darán de bofetadas, jajaja.

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  4. Yo tengo que reconocer que en la velada de Bibliocafé me centré más en el jamón.
    .
    Muy bueno lo de Tenesse, ahora los pondrían buscar poniendo anuncios, hablados claro, en TeleCirco.
    .

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  5. Lo que no deja de escamarme es que, si los anuncios se publicaron, cómo se enteraron de ellos los que no sabían leer... ;-)

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  6. S.Cid: Me gustaría ver esos anuncios. Si el requisito era no saber leer inglés, podríamos recomendar a Zapatiesta. Además, a poco que lo conozcan, no les extrañará que se presente sesenta años tarde.
    Caragüevo: Cómo sería lo de Pol-Pot que los comunistas de Vietnam tuvieron que invadirlos para poner un poco de coto a sus salvajadas.
    Guido: anomaliémonos, anomaliémonos.
    Un saludo.

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