lunes, 29 de noviembre de 2010

Al fresco

Hoy, Fernando Díaz Villanueva, en las páginas de Libertad Digital, nos comenta diversos aspectos del fresco (meteorológico, quiero decir) de estos días.

El caso es que parece que sí se anunciaba estos frescos, pues el pasado viernes pudo verse en algún momento en la portada de ese mismo medio, Libertad Digital, que la previsión de frío y de provincias en alerta, figuraba no sólo dos veces, sino juntas, una al lado de la otra, para que quedar bien claro.

Volviendo al artículo de hoy, en mi opinión es algo sensacionalista, pero en el sentido contrario al habitual sobre el cambio climático. Recoger una conversación con un tal Juan Antonio, “aficionado al senderismo, quien cuenta que "hace años decían que antes nevaba más, pero creo que eso está cambiando, en vista de los últimos inviernos podemos decir que antes nevaba menos"”, no deja de ser una anécdota; lo que ya no lo es, es destacar en negrita lo de “antes nevaba menos”.

Por cierto, en su comentario al artículo, Pitufofi recuerda el refrán completo cuya primera parte enuncié en estas páginas hace dos años ya.

Viene muy a cuento lo que ya traje por aquí lo comentado en una conferencia por Manuel Toharia en el sentido de que la memoria personal no es fidedigna a la hora de confeccionar tablas históricas de datos científicos.

Y para ambientar un poco el tema, traigo aquí la foto de cómo caían los copos de nieve arrastrados por el aire, en Valencia ciudad, a las ocho menos cuarto de la mañana del pasado 8 de enero de este año.

Créditos:
Pantallazo parcial de la portada de Libertad Digital en algún momento del viernes 26 de noviembre de 2010.
Fotografía de la nevada en Valencia del 8 de enero de 2010, del autor.

domingo, 28 de noviembre de 2010

¡Vi-Bien-da!

Hace casi dos años publiqué una anotación sobre una oferta interesante en materia inmobiliaria.

Esta mañana me he dado cuenta de que la vivienda en cuestión se encontraba habitada.

¡El sector repunta!

¡La reunión de ayer ya da sus frutos!

Créditos:
Fotografía de un nido habitado por una paloma, en Valencia, de hoy, del autor.

Acumulando vigas

Libertad Digital recoge cada día en una página (La prensa de un vistazo) la revista de prensa del día de los periódicos diarios impresos. En ella se destacan editoriales, noticias o artículos de opinión. Lo que no sé es el motivo de no enlazar las páginas reseñadas, pero de esto ya hablaremos en otro momento.

En el caso concreto de ayer se recogía, incluso llevándolo al título, el error de Martín Ferrand en su columna en el ABC situando las elecciones al Parlamento de Cataluña para este lunes día 29 de noviembre.

Bien porque leyera la reseña, bien porque alguien se lo comentara, bien porque se diera cuenta, hoy trae la corrección, de lo que también se hace eco en su revista de prensa Libertad Digital, también llevándolo al titular.

Lo de hacer una revista de los medios impresos es algo habitual en los programas de radio (antes también en los medios impresos, aunque más centradas en las publicaciones internacionales). Por motivos lógicos, se hace básicamente (casi diría que exclusivamente), en los programas del principio del día (con la prensa del día, claro), o en los del final del día (con el avance de la prensa del día siguiente).

En el caso concreto de Es la noche de César, hay una sección con este objeto, Resumen prensa, con la que finaliza el programa.

Lo curioso es que quien gestione esta parte de la página de internet del programa, debió tomarse muy en serio el día de descanso por la Almudena, en Madrid, y desde entonces la página ya no sabe bien en qué día vive.

Según ella, este pasado viernes fue 27 de noviembre de 2010.

Es decir, que con ese calendario, las elecciones en Cataluña, en domingo, son el 29 de noviembre. O sea, que Martín Ferrand sólo se equivocó en el día de la semana.

¡Qué malos son los lunes!

Crédito:
Pantallazo de la página de la sección Resumen de Prensa de Es la noche de César durante este fin de semana, mostrando el índice desde el martes 9 de noviembre de 2010 hasta el “viernes (27 de noviembre de 2010)”.

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Libreando - Primera estación

Anoche, S.Cid publicó una anotación sobre cómo aprovechar un retraso inesperado en una cita, para pasear al fresco, y, casualmente, encontrar, de vez en cuando, ‘controles de avituallamiento’… de libros.

Algo parecido me pasó a mí hace diez días, aunque no por un retraso, sino por un adelanto, el mío.

Salí pronto de casa, cogí una de las bicis que están para eso, y me llegué al centro. Naturalmente, la primera ‘estación’ fue París-Valencia, en el Parterre, mi librería de cabecera. Y es que ya por fin tenía lista una nueva lista. Que ya estaba bien de ir comprando los libros simplemente porque me los encontrara delante y resultaran interesantes.

... Como era de esperar, me entretuve lo suficiente (en la zona de ofertas, principalmente) como para salir cargado de libros.





Y eso que esta vez no miré qué había en el escaparate. Por lo menos, de la lista presentada conseguí… un libro. No digo (ahora) cuál.

Créditos:
Portadas de los libros adquiridos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Ratón ‘en’ biblioteca

Entre las diversas anotaciones al hilo de la Feria del Libro de Madrid del pasado año, publiqué una en la que hablaba de un personaje de novelas infantiles: Geronimo Stilton.

Desde entonces, la familia libresca de Geronimo Stilton ha crecido, continuando las aventuras del propio Geronimo (en su calidad, más o menos, de director de El Eco del Roedor, el periódico con mayor difusión de Ratonia), y de su hermana Tea Stilton, como enviada especial del periódico.



Pero además, han aparecido nuevas ramas de la familia, como por ejemplo, las aventuras de Geronimo Stilton en formato cómic. Incluso, en la ciudad de Muskrat City, han aparecido unos Superhéroes.



Los reiterados viajes de Geronimo Stilton al Reino de la Fantasía han tenido consecuencias: personas de los Reinos de la Fantasía han adquirido carácter propio y se han generado dos series independientes sobre ellos, una presentada por Geronimo y la otra por Tea.



La novedad más literaria es Grandes historias Geronimo Stilton, una colección de adaptaciones de grandes obras de la literatura universal, en las que, lógicamente, los personajes, aun manteniendo los nombres originales, son ratoncillos como nuestro protagonista.

Todo esto viene a cuento de que el pasado domingo, por fin, pudimos reunirnos la familia para celebrar los cumpleaños (de hace ya semanas) de dos de los integrantes de la generación más joven, uno de ellos, mi hijo.

Y así, por fin, pudo tener en sus manos un libro que esperaba desde septiembre (cuando se enteró de que a finales de octubre sería puesto a la venta): el Quinto viaje al Reino de la Fantasía de Geronimo Stilton, dentro de la colección Libros especiales de Geronimo Stilton.

Claro, que yo también lo esperaba desde septiembre… de 2009, cuando lo ví como novedad en el escaparate de una librería de Venecia.

Créditos:
Portadas de diversos libros de Geronimo Stilton, en edición de Destino.
Fotografía del escaparate de una librería veneciana, de septiembre de 2009, del autor.

Pensando espero…

Se inicia ahora la jornada de reflexión en el proceso de las elecciones al Parlamento autónomo de Cataluña.

Hay quien opina que en la actualidad esta jornada no tiene ningún sentido, y yo también era de ésos, hasta que he mirado en el diccionario.

En efecto, los motivos originales de una jornada de este tipo parecen apoyarse en la primera acepción del diccionario:
1. f. Acción y efecto de reflexionar.

Sin embargo, curiosamente, lo que se prohíbe es la segunda acepción.
2. f. Advertencia o consejo con que alguien intenta persuadir o convencer a otra persona.

En cambio, yo creo que el efecto real de esta jornada (y en general del proceso), es la tercera acepción:
3. f. Fís. Acción y efecto de reflejar o reflejarse.

¿Y eso?

Vayamos al lema ‘reflejar’, en concreto a su quinta acepción:
5. intr. Fís. Hacer retroceder, cambiando de dirección, la luz, el calor, el sonido al chocar con una superficie lisa de otro medio. U. t. c. prnl.

Al leer esta acepción, inmediatamente nos viene al pensamiento la escena en la que algo ‘material’ choca contra una superficie, cambiando de dirección; es decir, rebota. Situación que coincide con la tercera acepción de ‘rebotar’.
3. intr. Dicho de un cuerpo en movimiento: Retroceder o cambiar de dirección por haber chocado con un obstáculo.

Podría hacerse la consideración de que el cuerpo en movimiento es el conjunto de los partidos políticos y el obstáculo los electores, o más bien, al revés. Pero podemos seguir investigando.

Y es ahora cuando nos damos cuenta de que el lema está enmendado para la nueva versión del diccionario. Así que vamos a ella, y nos encontramos con el interés, para este estudio, de las modificaciones y añadidos habidos. En concreto, las acepciones novena y décima.

Empezando por el final, podría entenderse que la jornada de reflexión es el día en el que el mensaje electoral (como caso particular de un mensaje de correo electrónico), vuelve “a su origen por algún problema en la entrega”.

Y también, pero aplicado no sólo a esta jornada, sino a muchas más, es cuando lo que le sucede a un conjunto de ciudadanos, es “alterarse, enfadarse vivamente por palabras o acciones de otro”.

No por nada, la figura escultórica más famosa de todas que representa a una persona reflexionando, o pensando, formaba parte del conjunto de la Puerta del Infierno.

Créditos:
Foto de El Pensador (detalle de La Puerta del Infierno), yeso original expuesto en el Museo de Orsay, en París, de septiembre de 2008, del autor.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Cincuenta ‘anónimos’ años

El pasado año tuve que visitar el actual Hospital Doctor Peset, pudiendo ver al entrar que había una placa recordando que el centro había cumplido ya sus primeros cincuenta años.

Como puede observarse en esta hoja de la guía Pamias de Valencia del año 1964, en la calle Gaspar Aguilar había un centro hospitalario, identificado con el nombre de “Residencia del Seguro de Enfermedad”, sin más nombre.

Es decir, que no es que hubieran transcurrido los cincuenta años de la placa con el nombre de Doctor Peset. Es más, al principio, ni siquiera tenía nombre, a lo que se ve. Y desde luego, no tenía carácter universitario.

Supongo que el centro sería ‘bautizado’ con motivo de la inauguración de otro centro similar en la zona norte de la ciudad, y éste en concreto pasó a ser conocido como… sí, exacto, “José Antonio”.

Menos mal que estaba el gobierno de la Generalitat Valenciana para evitarnos, en la placa, tener que leer ese nombre.

Gobierno valiente y decididamente respaldado por el Partido Popular. Sin ningún complejo,… tampoco para no decir la verdad en las placas conmemorativas.

Con lo fácil que hubiera sido poner “En conmemoración del 50º aniversario de este Centro Hospitalario”, respetando, eso sí, el uso del ordinal, que para eso está.

Créditos:
Fotografías de la fachada principal y de la placa conmemorativa, del actual Hospital Doctor Peset, de Valencia, de junio de 2009, del autor.
Imagen de la hoja 60 de la Guía de Valencia, de la Editorial Pamias, del año 1964.

Mens insana in corpore insepulto

La ponencia «intercambios deportivos» [de la Primera Asamblea de la O.E.I.], que parecía de puro trámite, llevó consigo, sin embargo, muchas horas de discusión, alcanzándose cotas dogmáticas verdaderamente importantes en los debates. A la inicial propuesta de la Mesa, de que el Campeonato de Fútbol de Liga mantuviera su carácter supranacional (es decir, con participación conjunta de los equipos de los distintos países del Estado Español, todos contra todos), opuso una enmienda el señor Montal, pretendiendo que hubiese tantas Ligas como Países Ibéricos o, al menos, que els Països Catalans jugasen una para ellos solos, de manera que en su torneo únicamente participaran «onces» pertenecientes a ciudades, pueblos o aldeas que dependieran de la jurisdicción territorial de Catalunya.
Semejante proposición fue derrotada, ya que estaba claro que lo que en realidad pretendía el señor Montal era que el Barça, compitiendo con el Sabadell, el Terrassa, el Girona, el Lleida, el Hospitalet de Llobregat y equipos similares (por obvias razones, el Español quedaba fuera del torneo), pudiese ganar, finalmente, la Liga. En la votación influyó decisivamente la intervención del representante de Cantabria, que arrancó aplausos al decir, bien es verdad que en tono patético:
-Señores; por doloroso que nos resulte a todos, reconozcamos que el Real Madrid siempre llena los estadios…
Entonces, votaron a favor de la propuesta del señor Montal tan sólo él mismo (como era lógico) y el representante de Euzkadi.


Créditos:
Transcripción parcial del capítulo III de … y al tercer año, resucitó, de Fernando Vizcaíno Casas.
Imagen de la fotografía y pie de la misma, publicados en El Mundo, en la portada de su edición del 22 de junio de 2007.

Y tú, ¿de quién eres?

Una de las grandes consecuencias para la vida ciudadana que trajo la constitución de los primeros ayuntamientos de la Democracia fue el que, durante un cierto periodo de tiempo, hubiera numerosos de esos vecinos que no sabían fácilmente el nombre de la calle en la que vivían.


Valencia no fue una excepción, aunque sí las hubiera a la hora de aplicar lo dispuesto. Así, por ejemplo, todavía queda una placa, cerámica, azul (claro), recordando a Ramiro de Ledesma, por mucho que la vía lleve ahora el decimonónico nombre de Avenida de la Constitución.



Un caso curioso es el de la Avenida que pasó a ser llamada del Antiguo Reino de Valencia. Cuando el poder municipal pasó de las izquierdas a las derechas, fue nuevamente rebautizada como Avenida del Reino de Valencia, sin el ‘Antiguo’. No obstante, a pesar de que este cambio lleve casi veinte años, la mayoría de la gente no se ha enterado aún. Eso sí, las placas también son cerámicas, pero no azules, sino blancas con grecas vegetales.

Digo lo de curioso porque nadie sabe, casi empezando por el mismo Ayuntamiento, que todavía quedan placas, sí, de las de cerámica azul, con el nombre que llevaba dicha avenida durante muy poco más de cuarenta años exactos (1939-1979). Y no es porque hayan olvidado cambiarlas, no.

Es que se trata de una calle distinta, con el famoso nombre, que si no es casual, es desde luego una coincidencia digna de estudio. La calle se encuentra en la pedanía de Mahuella, y se llama, efectivamente,… José Antonio.

Claro, que lo mismo es el nombre del alcalde pedáneo...

Créditos:
Fotografías de placas de calles en Valencia, con nombre de Ramiro Ledesma, Reino de Valencia y José Antonio, de mayo, octubre y junio de 2010 (respectivamente), del autor.

Hay rima: sigue el poema…

Durante meses, las burradas de la extrema derecha fueron denunciadas con la natural indignación, porque los asesinatos y los crímenes debidos a tan execrables comandos ofendían los sentimientos de todo ser civilizado. En esa misma línea, las burradas de la extrema izquierda merecían la natural comprensión, toda vez que aquellos grupos incontrolados actuaban desorientados y cuando ejecutaban a cualquier guardia, lo cual, desde luego, era condenable, lo hacían movidos por disculpables, aunque inadmisibles, motivaciones políticas. Y los chicos de la E.T.A., equivocados, si bien llenos de buena fe, atracaban fábricas, volaban edificios y mataban (mejor dicho, volaban edificios) impulsados por un conjunto de factores sociales, políticos y anímicos residuales del franquismo que no podían desdeñarse.
El diario, como muchos otros diarios del país, tenía prevista la noticia, dada su constante reiteración. Y así, cuando el G.R.A.P.O. o la E.T.A. cometían una de sus «ejecuciones», el redactor-jefe llamaba a la sección de Información Nacional y pedía:
-Mándame el modelo 2 de atentados…
Y el modelo 2 llegaba y se pasaba a la platina, donde quedaba confeccionada, en primera, una nota que ya se sabían de memoria todos los lectores: «Enérgica y unánime repulsa ante los asesinatos de ayer. Todos los partidos y grupos políticos se han sumado a la protesta. Estos criminales actos no detendrán, sin embargo, el proceso democratizador del país. Se concede a las víctimas la Medalla de Oro. El ministro del Interior presidirá las solemnes exequias fúnebres.» Esto se completaba con las fotografías de las víctimas y con otras del lugar donde fueron asesinadas (si bien el verbo asesinar no era demasiaado utilizado, sustituyéndose por otros menos violentos).
(…)
En realidad, se trataba de un tema rutinario que, a fuerza de repetirse había dejado de tener interés informativo para el veraz diario democrático, que con evidente hastío repetía su editorial de «enérgica condena», publicaba las fotos de siempre y quedaba a la espera de la próxima ocasión. Lo importante era que al pobre
Apala no le dejaban tranquilo en Francia, empeñados en que se presentase los martes y los viernes en la prefectura, y que todavía quedaban tres vascos presos en Carabanchel, dos en Puerto de Santa María y uno en Segovia.

Como medida diplomática, se acordó enviar una txapela de lujo al presidente del Consejo de Ministros de la Comunidad y nombrarle socio de honor del Athletic, a ver si se ablandaba. La Comisión nombrada al efecto la presidiría el abogado Bandrés y de ella formarían también parte Iríbar, más conocido por el Chopo, así como los «extrañados», que aunque, desde la tímida amnistía aprobada por las Cortes en octubre del año anterior, podían considerarse enteramente libres, mantenían su actitud rebelde y negaban virtualidad a una medida que bajo ningún aspecto podía llenar sus aspiraciones. Por ello, estaban en gira permanente por Euzkadi, interviniendo en shows político-musicales en los cuales, tras el baile de los espatadantzaris y otras muestras del rico folklore vasco, se lanzaban enérgicas proclamas pidiendo la «total, auténtica, plena e ilimitada amnistía para todos los delitos futuros de intencionalidad política, autonómica o democrática», así como la concesión de la Gran Cruz del Mérito Civil a Apala.

Créditos:
Transcripción parcial de los capítulos IV y VI de … y al tercer año, resucitó, de Fernando Vizcaíno Casas (pp.77-79 y 106-107)
Imagen de la noticia publicada en ABC el 24 de junio de 2007, en relación con un homenaje al terrorista Argala.

¿Hablando se entiende la gente?

No, no había sido fácil conseguirlo. Pero finalmente todos los esfuerzos recibieron la debida compensación y el bellísimo, espléndido aspecto que ofrecía el Palau de Montjuich de Barcelona, repleto de congresistas, con las banderas flotando al viento en la fachada, las infinitas luces brillando como las consabidas ascuas de oro en el interior del gran salón, los equipos de televisiones (no sólo R.T.V.E. y R.T.V.G.C., es decir, Radiotelevisió de la Generalitat de Catalunya, sino también más de veinte emisoras de europa y América), las lindas azafatas yendo y viniendo, la megafonía y las traducciones simultáneas funcionando sin un fallo, y, sobre todo, el alegre fervor, el frenético júbilo de los millares de ciudadanos que, estacionados en la gran explanada de la antigua Plaza de España (hoy, del Estado Español), aguardaban la llegada de los presidentes, justificaba con creces tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tanta dificultad vencida por el entusiasmo común.
Mientras el Lincoln presidencial avanzaba lentamente por la Avinguda de Francesc Maciá (antes, José Antonio), el Honorable, entornados los ojos, media sonrisa en su apacible y nobel rostro, dejaba volar la imaginación muchos años atrás; hasta los difíciles tiempos del exilio mejicano. ¡Si aquel grupito de amiguetes que le confirieron por aclamación la Presidencia, bien es verdad que de una manera simbólica, absolutamente teórica, pudiesen verle ahora! Por desgracia, ellos no habían alcanzado las horas victoriosas; murieron creyendo que nunca sería factible el retorno, y no se diga el retorno triunfal. Claro que ellos tampoco pudieron prevenir la existencia de don Adolfo; el único Adolfo notable que conocieron fue Hitler, tan distinto a este muchacho que pactó con las fuerzas más diversas de los países del Estado Español, reconociendo sus legítimas aspiraciones autonómicas y propiciando así la magna jornada que iba a vivirse aquel 17 de noviembre de 1978.
Nada menos que la solemnísima inauguración de la Primera Asamblea de la O.E.I., es decir, de la Organización de Estados Ibéricos, un organismo comunitario creado con el noble fin de reforzar los lazos de amistad, cooperación económica, intercambio cultural y vínculos espirituales entre los distintos países autonómicos integrantes del Estado Español o de los Pueblos Ibéricos, como también solía denominarse aquel conglomerado de nacionalidades diversas que, bajo el terror del franquismo, se había llamado absurdamente España, sin más.
Eran miembros natos de la O.E.I., es decir, por derecho propio y como socios fundadores de la Organización Comunitaria, Catalunya, Euzkadi, Cantabria, O Pobo Galego (Galizia), las Canarias (Islas Mayores y Menores), la Rioja, el Estado Bético (Andalucía Occidental), el País Valencia`, el enclave autonómico de Fregenal de la Sierra, el cantón de Cartagena y la Federación Manchega. A título de observadores, ya que todavía no reunían los requisitos de personalidad independiente suficientes para ser admitidos como socios de pleno derecho en le O.E.I., participaban también en la Asamblea representantes de Andalucía Oriental, la Agrupación Autónoma de Soria-Las Batuecas-Campo Charro, la Agrupación Astur-Leonesa, la Unión de Tierras del Segura y el Municipio Libre y Autogestor de Venta de Baños y Adyacentes.
(…)
Los congresistas abarrotaban el salón, con sus carpetas y sus blocks y las sinopsis de las ponencias que iban a debatirse a lo largo de varios días de Asamblea (la clausura estaba prevista para el 21 de noviembre). Llevaban colocados los auriculares para la traducción simultánea y gracias a ellos pudieron entender todos (incluidos los vascos) las palabras en recio eúskaro del Lendakari y la breve pero sustanciosa intervención del Primer Mandatario de Galizia, que vino a decir (con un acento digno de Rosalía) que sí, pero quizá no, aunque probablemente, quién iba a asegurar nada.


Créditos:
Fotografía del palacio de Montjuich, en Barcelona, con motivo de la Exposición Internacional de 1929, tomada de la Wikipedia.
Fotografía del Palacio del Senado, en Madrid, circa 1892.
Transcripción parcial del capítulo III de … y al tercer año, resucitó, de Fernando Vizcaíno Casas (pp.45-49)

Enteramente irreal...

Obviamente, ésta es una historia absolutamente inventada, enteramente irreal; es una farsa, en clave de humor.
Pero si ustedes piensan más en las anécdotas del contorno que en el inverosímil que las motiva, quizás coincidan conmigo en que, a lo mejor, algunas reacciones, algunas conductas, se harían reales si se diese esa imposible causa.
Saliendo al paso de susceptibilidades y enfados, comienzo declarando con la necesaria solemnidad que en este libro sólo se pretende plantear un juego burlesco, una broma. Como decimos los juristas, aquí únicamente existe animus jocandi; ganas de pasar el rato, de sonreir.
Mis literarias excusas a quienes no entendiéndolo así, puedan enojarse.


Fernando Vizcaíno Casas abre su novela con esta, digamos, advertencia. A continuación, se inicia la novela:

La prensa daba noticias como éstas:

Y siguen diversas noticias totalmente disparatadas, aunque supongo que reales. No puedo asegurarlo ahora, ya que se tratarían de acontecimientos de 1977, pues la novela se escribió en ese año, publicándose en enero de 1978 con el resultado de que en junio de ese mismo año (es decir, cinco meses antes del momento de la novela), iba ya por la undécima edición (o mejor dicho, supongo, décima reimpresión).

La novela, naturalmente, es … y al tercer año, resucitó.

Sí, y las escenas (y las noticias), totalmente disparatadas... entonces y treinta y tantos años después.

Créditos:
Fotografía de Fernando Vizcaíno Casas, tomada de internet.
Portada de … y al tercer año, resucitó.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Eguiguren, y Audiencia,... sin hache de humor

Suele considerarse un cumplido, una calificación positiva, decir de alguien que es sociable. El problema suele presentarse cuando se pasa de lo general a lo particular, en concreto, respecto de qué personas gusta tratar el calificado.

Es el caso de Jesús Eguiguren, persona a lo que se ve altamente sociable, pues se relaciona con mucha gente, de naturaleza diversa y variopinta, “inclinado al trato”, como nos dice la RAE. El problema que se presenta es que, en numerosas ocasiones, cuando algo está inclinado es que está torcido, desviado, incorrectamente dispuesto o situado. Y este es el caso.

Si hace tiempo ya salió a relucir su natural inclinación al trato, estos días pasados hemos visto más de lo mismo, bien con unos, bien con otros, alguno de ellos calificado incluso como inteligente por quien parece gustarle ponerse en evidencia.

En cambio, en la Audiencia Nacional no parece que disfruten en exceso de las reuniones, y en ocasiones deciden que ya está bien, y que lo mejor es que cada uno se quede en su casita, por lo que ¿qué mejor que ahorrar el viaje para los juicios?

Hace ya tiempo, en una novela de Jardiel Poncela se llegaba a la conclusión de que sólo aquello que se escribía con hache tenía valor e importancia. Está claro que ni Eguiguren ni Audiencia se escriben con hache…

… aunque sí lo hace el humor ‘hinteligente’.



Créditos:
Fotografía de Jesús Eguiguren tomada de La Gaceta.
Viñetas publicadas en ABC, según se ven, por Antonio Mingote y Martínmorales, en junio de 2007, con motivo de la temporal (el calificativo es mío) ruptura de las negociaciones entre el Gobierno del Reino de España y el grupo terrorista ETA, a mediados de 2007.

Volando alto con alas de plomo

La calle Caballeros de Valencia toma su nombre del hecho de que, más o menos, en ella se establecieron los caballeros que acompañaban al Rey Jaime I en su campaña para la conquista de Valencia. Consecuencia de ello es la existencia de numerosos palacetes, aunque un poco más tardíos.

En mayo de 2007, en dos de esos palacetes góticos, se inauguró un curioso museo, tanto por la temática, como por tratarse de un museo privado. Se trata de L’Iber-Museo de los soldaditos de plomo.

El hecho fue recogido en diversas ocasiones por varios de los periódicos editados o con edición en Valencia, como, por ejemplo, hizo ABC el domingo 12 de mayo, noticia de la que traigo algunos datos.

Los fondos del Museo se nutren del millón de soldaditos atesorados por Álvaro Noguera Giménez durante más de sesenta años, aunque en su inicio el Museo “sólo” dispuso de unas 600.000 piezas, entre las que también se incluían otros tipos de muñequitos, como por ejemplo, los que permiten mostrar escenas cotidianas europeas de principios del siglo XX.

El diorama «estrella» es el correspondiente a la Batalla de Almansa, momento decisivo durante la Guerra de Sucesión, en la que “intervienen” unas diez mil figuritas.

Como bien se dice en el artículo, “en un momento en el que los conocimientos de humanidades parecen declinar en el ámbito escolar, este tipo de recreaciones son un buen método didáctico para conocer el pasado. Sin embargo, para recomponer estos fragmentos de la historia es necesaria una intensa labor de investigación previa, no exenta de polémica en tanto las interpretaciones en este campo son en ocasiones no sólo distintas, sino contradictorias.

El Museo no dispone de la clásica tienda; en realidad, se trata de una librería con todas las de la ley (incluso con una zona para descansar y tomar un cafelito), con una temática lógicamente especializada en historia en general y militar en particular, así como en novela histórica. Incluye también secciones dedicadas a maquetas, modalismo y manualidades. Por supuesto, hice efectiva mi visita.

Es además sede del Instituto Valenciano de Estudios Clásicos y Orientales.

Como bien recordarán muchos lectores, el famoso cuento de Andersen finalizaba con los corazones, juntos, del soldadito de plomo y de la bailarina. Ahora, es con el corazón de Álvaro Noguera Giménez como su familia ha empezado este nuevo cuento de hadas.

Un mes después de su inauguración lo visité con hijos, aunque no he vuelto al Museo hasta esta noche.

Créditos:
Folleto y tarjeta de L’Iber-Museo de los soldaditos de plomo.
Imagen con foto y titular, datos y transcripción parcial, de la noticia de Marta Moreira, con fotos de Mikel Ponce, publicada en ABC el 12 de mayo de 2007.
Portada de Cinco miradas sobre la novela histórica.
Fotografías del arranque de la escalera (junio de 2007) y general del patio (noviembre de 2010), del Palacete sede de L’Iber, del autor.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Respirar por la herida?

No sé si alguien entre quienes leen estas páginas habrá escuchado al programa de César Vidal de esta noche.

El hilo sobre el que se ha movido el director, conductor y titular del programa ha sido las declaraciones de Mariano Rajoy en relación con el deporte, en un acto con deportistas.

Conforme avanzaba el programa iba yo apreciando una excesiva, incluso cansina, reiteración en dichas manifestaciones, llegando a despreciar directamente a quienes tengan intensas aficiones deportivas (con la consiguiente aplicación a no sé cuánta gente de su propio grupo de comunicación).

No seré yo quien defienda encarecidamente las actividades deportistas, pero de ahí a decir “mucho, mucho deporte, mucho deporte, no sepan ustedes nada, embrutézcanse con el deporte, atóntense con el deporte, no piensen nada más que en partidos de fútbol y en el deporte, cuanto más idiotas sean, mejor para la casta que nos gobierna, agilipóllense con el deporte” (a partir del minuto 18:41), creo que hay un trecho.

Al final, creo que lo he entendido.

Resulta que ‘gracias’ a las elecciones catalanas, el partido de fútbol entre el Barcelona y el Madrid se disputará en lunes, creándosele a César Vidal el problema que ya se le presentaba en su época de la COPE: hay que decidir qué sse emite. En la COPE al final lo resolvieron emitiendo La Linterna en frecuencia modulada y el deporte en onda media. Claro que ((esRadio no tiene esta dualidad, por lo que…

Por lo que han planteado una encuesta entre los oyentes para que muestren su opinión. El otro día, si no recuerdo mal, la encuesta iba por un noventaypico por ciento a favor de Es la noche de César.

Esta noche, el resultado de la encuesta según ha dicho ya es del 42% a favor del fútbol, el 42%, supuestamente, de los propios oyentes de César Vidal, y en todo caso, de ((esRadio.

Vamos, es mi opinión.

Créditos:
Imagen de Es la noche de César, recordando que está en emisión, en las páginas de internet de Libertad Digital y ((esRadio.

Hay diferencias en las Bellas Artes

Pilar había llamada a José Félix a su casa de la plaza de la Independencia. Le recibió agitada.
- ¿Sabes? Hace dos días que no sabemos nada de Miguel. Ha desaparecido de la pensión. Me han dicho que está en la checa de Bellas Artes.
Fingió José Félix, cortésmente, una contrariedad; pero en el fondo la alegría le inundaba. Reprimió aquel movimiento instintivo.
- ¿Qué puedo hacer yo?
- Me han asegurado que en la Dirección de Seguridad está Vicentito Arellano, un antiguo compañero tuyo. ¿Por qué no le hablas?
Y como notara un silencio embarazoso, le miró dulcemente.
- Ahora ya sólo se trata de la vida de un hombre, ¿comprendes? Y no podemos dejarle.
Salió José Félix de aquella casa ensimismado. Una lucha feroz se libraba en las zonas más oscuras y profundas de su conciencia. Iba a salvar una vida que había torcido definitivamente la suya. ¡Cómo lamentaba el haber ido a la casa de Pilar! Si no se hubiese enterado, Miguel Solís moriría y Pilar sería libre. Se casaría con ella.
Marchaba hacia la Dirección de Seguridad a destruir su felicidad. Pero los posos de honor de su sangre, de educación cristiana, atávica, se rebelaban. Si lo dejaba morir cometía un crimen, y Miguel, muerto, sería más temible que vivo porque su sombra ensangrentada se interpondría entre los dos definitivamente. Y para un hombre espiritual como José Félix era más doloroso un fantasma que aquél hombre vulgar vivo, con su sangre y su sudor.
Decidió subir. Pero subconscientemente se había trazado un plan irrevocable. Iba a subir; hablaría con Arellano para tranquilizar a Pilar, le pediría la vida de Miguel Solís, pero se la pediría tibiamente para que no se la concediera.
Entró.
- ¿Don Vicente Arellano?
- Pase.
El antedespacho estaba lleno de milicianos, detenidos y guardias de asalto. Arellano le recibió con los brazos abiertos.
- ¡Qué alegría verte, José Félix! Tú dirás.
Le expuso su pretensión.
Arellano le replicaba:
- Has tenido suerte en venir hoy, porque dentro de unos días dejo el cargo y salgo para París. ¿En qué checa está?
- En la de Bellas Artes.
- Menos mal; ahí todavía nos hacen algún caso. Vamos a salir ahora mismo con una camioneta de guardias de asalto.
Bajaron por la calle de la Reina y llegaron al Círculo. Milicianos armados se asomaban a los grandes ventanales de los socios, que daban a la calle de Alcalá. Un tribunal de descamisados juagaba entre carcajadas. Era vocal un limpiabotas de la calle de Olózaga.
- Tú me pareces que eres Cambó.
Y el señor barbudo balbuceaba:
- No; yo, no. Me llamo Manuel Martínez. Nunca me he metido en política.
Se reían.
- Menudo susto te hemos dado.
Juzgaban a continuación a todos los detenidos de la Pensión Llera, al final de Lista. Eran unos treinta.
Detrás del tribunal se alzaba, casi hasta el techo, un enorme montón con los despojos de los pisos saqueados. Miles de papeles de cartas, revueltos con armas absurdas, gumías de la guerra de África, espadas, pistolones de chispa, escopetas de caza, sables carlistas, espadines de corte y revólveres de marfil y de nácar. Entre ellos asomaban puntas de tapices o el brazo de marfil de un crucifijo.
Saludó Vicentito Arellano al tribunal. Enseñaba su carnet de Unión Republicana. Porque aunque tenía un cargo importante en la Dirección de Seguridad, se sentía pequeño e impotente ante aquellos limpiabotas y lavacoches erigidos en jueces. El Estado no era nada frente a los sindicatos.
Les adulaba:
- Camaradas, se trata de Miguel Solís; respondo por él. Es afecto al régimen.
Le dieron una orden de libertad. Bajó un miliciano a las piscinas del Círculo. Allí encerraban a los condenados y, en ocasiones, los ejecutaban sobre el ‘parquet’ que cubría el estanque. Allí habían matado unos minutos antes a Pancho, el negro de Gong. Voceó un miliciano:
- ¡Miguel Solís!
Subió agotado, con la barba crecida. Cuando vio a José Félix se precipitó en sus brazos.
- Gracias, gracias, me has salvado la vida.
- La vida se la debes a este señor.
Se lo presentó:
- Don Vicente Arellano.
Le apretó la mano.
- Gracias, señor. No lo olvidaré mientras viva.
Obsequioso, el tribunal les advertía:
- Tengan ahora cuidado. Si usted tiene coche oficial llévelo en él, porque a veces las milicias de abajo esperan a los que salen absueltos y los «pasean» por su cuenta.
Le llevaron a la plaza de la Independencia. Bromeó Vicentito Arellano, mirando a Pilar:
- Por ahora, señora, no se queda usted viuda.
Doña Gertrudis se abrazaba, llorando, a su hijo.
- Pensé que no volvería a verte.
Percibía José Félix en los bellos ojos de Pilar un amargo agradecimiento. Arellano les aconsejó:
- Ahora escóndanlo en lugar seguro, porque aquí vendrán a buscarle.


Hace poco más de un año trascendió que el Ayuntamiento de Sevilla, personificado en la Concejal Delegada de Participación Ciudadana, intentó impedir un homenaje a Agustín de Foxá, con motivo del cincuentenario de su fallecimiento, por el procedimiento de no permitir el uso de un local municipal para el acto. Lógicamente no sólo no consiguió impedirlo (se realizó en la calle), sino que, por el contrario, contribuyó a darle más publicidad, pues, según se recoge en la noticia, el escritor Aquilino Duque, uno de los promotores, comentó: “no se hubiera enterado nadie, pero ahora me llaman de televisiones de Madrid y de todas partes”. La tal moza se encontró con una querella, y ahora está imputada formalmente desde hace mes y medio, por prevaricación y no sé cuántas cosas más.

En esas mismas fechas del pasado año, se editaba de nuevo su única novela, Madrid, de Corte a checa (que yo compraba ahora hace un año). Este verano teníamos una reseña de una recopilación de trabajos suyos (Historias de ciencia ficción. Relatos, teatro, artículos, también de 2009). Y ayer se presentó una nueva edición de Foxá: Nostalgia, intimidad y aristocracia, otra recopilación de textos, incluyendo teatro, correspondencia y crónicas periodísticas.

No es que haya que agradecérselo, pero como dijo Laura Campmany: “Qué suerte que nos lo hayan censurado, porque así volveremos a leerlo”.

Créditos:
Transcripción parcial de la tercera parte La hoz y el martillo, de Madrid, de Corte a checa, de Agustín de Foxá, editado en octubre de 2009 por El buey mudo (pp.312-314)

Fotografías del escudo y del tramo superior del edificio, del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, de junio de 2009 y agosto de 2007, del autor.

Fotografía del acto conmemorativo en homenaje a Agustín de Foxá, en Sevilla, octubre de 2009, tomada de ABC.

Fotografía de Agustín de Foxá, tomada de Libertad Digital.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Cuando despertó, el libro estaba ahí

Hace tiempo leí algo sobre el bookcrossing (palabro cuya traducción, si existe, no se usa; propuestas: ¿bibliocircuito – bibliocarrera – biblioandante?), pero ahora no consigo encontrar la referencia, si alguna vez la guardé.

Un compañero de trabajo, poco después de publicar una de las anotaciones sobre los libros recién llegados a mis ‘estanterías’, me pidió uno de ellos, en concreto, La marcha Radetzky. Hace justo 62 días se lo presté, y me vino a la memoria lo del biblio-algo, imaginándome que cualquier día me encontraría el libro por encima de alguna de las mesas del trabajo. Bueno, así fue. Hace casi tres semanas me lo encontré encima… de la mía. ¡Me lo había devuelto! ¡Y leído!

Hace diez días me tuve que limitar a un segundo desayunto, en vez de un almuerzo propiamente dicho, sin tiempo para una visita en profundidad en BiblioCafé (sólo lo que alcanzaba a ver -y leer- desde la mesa a la que estaba sentado). Sin embargo, al salir, me di cuenta de que detrás de mí se encontraba una estantería donde figuraba la indicación del tal biblio-algo.

Lo que en definitiva me refrescó los recuerdos, y he podido comprobar en la correspondiente página de internet que BiblioCafé es uno de los locales registrados para la dejación y recogida de libros según esta modalidad.

Según leo en El Mundo, ayer se celebró en Madrid un gran reparto por la ciudad de libros para su utilización de esta forma.

Como se refleja en varios de los comentarios a la noticia, la idea estaría bien si no les hubiera costado dinero a los madrileños, porque, claro, instigando la idea, estaba el Ayuntamiento de Madrid, aunque con cierto respaldo de Mahou.

Se ve que el montón de años que está funcionando esta compartición (sí, a veces la Academia trabaja en lo que toca), no es nada relevante porque… efectivamente, los libros los aportaban los propios participantes, de sus bibliotecas privadas, y claro, faltaba la adecuada participación (con su correspondiente despilfarro) pública.

En todo caso, hay un aliciente más para visitar Madrid (y Valencia, ¿eh?).

¡Ah, se me olvidaba! Naturalmente, hay una página de internet para el seguimiento de esta iniciativa municipal, página distinta de la ‘oficial’ de la idea original.

Créditos:
Imagen de la pegatina BookCrossing identificativa del libro, tomada de la página española de la iniciativa.
Fotografía de la estantería ‘bookcrossing’ existente en BiblioCafé, de noviembre de 2010, del autor.