domingo, 12 de diciembre de 2010

De cuando Angelina se escribía con ‘g’ en Estados Unidos


Hollywood-California-U.S.A.
Octubre de 1934.
En los Studios Fox de la Western Avenue.
Stage número 3.
Las cuatro de la tarde.
«Rodábamos» unas escenas de la película
Asegure a su mujer, con Raul Roulien a la cabeza de reparto, (…) y yo de adaptador y director de diálogo.
Nos aburríamos cinematográficamente. Dieciséis simétricas
girls medio desnudas repetían una escena hasta el bostezo. De improviso se abrió una puerta acolchada de la nave y entró Louis Moore, subdirector del Departamento. Se dirigió recto a mí. Venía a darme una noticia importante y me la dio con una sencillez con que lo dice todo el norteamericano.
- Míster Wurtzel ha resuelto que se filme su
Angelina para presentación de Rosita Díaz. En vista de ello, me encarga míster Stone que le pregunte a usted cuáles son sus condiciones.
Recapacité un momento, reaccionando a la primera impresión, sentado sobre una cajita de
make-up perteneciente a Bárbara Leonard.
- ¿Qué ha cobrado últimamente Martínez Sierra por
Julieta compra un hijo?
- Dos mil quinientos
box.
Volví a recapacitar. Mi contrato de esta vez en «Fox» era por un año. Tres meses nada más habían transcurrido desde mi llegada y ya empezaba a cansarme de haber firmado un año. Le contesté a Moore:
- Perfectamente. Pues mis condiciones de venta de
Angelina son éstas: los dos mil quinientos y tres meses de permiso en España al acabar de filmar la película.
Moore, que me quería mucho y me celebraba siempre todo, se echó a reír:
- ¿Por qué siente ese afán de volver cuanto antes a España, cuando aquí la vida es tan agradable para usted?
- Porque tengo pensadas dos comedias que quiero escribir y estrenar.
Esas comedias eran
Un adulterio decente y Las cinco advertencias de Satanás.
* * *
(…) El 15 de noviembre, cerrado ya mi trato con la dirección del
Foreign Department y aceptadas mis condiciones de venta, di comienzo a la adaptación cinematográfica de Angelina.
En febrero del 35 la película quedaba ultimada en medio del entusiasmo de todo el mundo: era el momento de tomarme los tres meses de vacaciones que formaban parte de mi programa de venta de la obra. Firmé los cincuenta papeles que toda Empresa norteamericana pone a la firma cada vez que hay que mover un pie, me despedí de todos y salté alegramente al
California Limited un anochecido húmedo, en la estación de Santa Fe, de los Ángeles.

Una de las escenas de la obra Angelina, o el honor de un brigadier es la habanera que canta Angelina, en agradecimiento a un ¡poema! que le dedica Rodolfo, su prometido. Y aquí la tenemos, en la versión de la película en cuestión.

Un aspecto, que por las prisas en regresar a España, Jardiel Poncela no nos ha comentado es quién era el director de la película, que, curiosamente, tenía una vinculación personal con la propia obra jardielesca.

El ¡poema! referido, lo introduce Rodolfo con la dedicatoria y fecha del día:
A mi futura esposa, Angelina Ortiz, en el día de nuestra promesa de esponsales, 27 de junio de 1880…
siendo interrumpido por doña Calixta, esposa de don Justo, el banquero:
¡Qué fecha! Hoy hace dos años
murió la reina Mercedes.


Bueno, pues casi en ese mismo momento (pero dieciocho años y un día después), nacía Louis King, quien con 36 años dirigiría Angelina.

Y ese mismo año de 1935 dirigiría otra curiosa película: Charlie Chan en Egipto.

Créditos:
Extracto del inicio del Segundo intermedio. Circunstancias en que se imaginó, se escribió y se estrenó «Un adulterio decente», que forma parte de la recopilación 49 personajes que encontraron su autor, editada por primera vez en 1938-39, y citas del primer acto de Angelina, o el honor de un brigadier, según están publicados en el tomo I de las Obras completas de Enrique Jardiel Poncela, editado por AHR, según la séptima edición, de 1973.

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