viernes, 11 de febrero de 2011

Lleno, por favor

El pasado 26 de enero, en el Ateneo de Madrid, Alberto Recarte pronunció una conferencia propugnando una reforma constitucional en los términos que ahora se han puesto de moda. Como recogió Libertad Digital, el salón estaba “abarrotado”. La fotografía que acompaña estas líneas muestra el grado de “abarrotamiento”.

Una semana antes, estuve en una jornada literaria en el Palau de la Música de Valencia, cuyo protagonista era Santiago Posteguillo. El acto estaba previsto en la sala Martín y Soler, aunque, directamente, se pasó a la sala Rodrigo, más en el estilo Salón de Actos tradicional, de mucha mayor capacidad, decisión que la realidad se encargó de demostrarla como correcta.

La sala Rodrigo del auditorio valenciano estaba a rebosar. No cabía ni un alfiler”, dijo en su crónica Marta Palacios, con evidente exageración, al menos, para quienes allí estuvimos. Aunque sí es cierto que hubo un nivel de asistencia muy digno, y por comparación con la foto anterior, yo diría que superior, con ventaja. No tengo foto del público, pero sí tengo fotografía de otra ocasión que asistí a una charla de Santiago Posteguillo, en el Museo L’Iber, aunque el salón era mucho más reducido que la sala Rodrigo, claro, el lleno fue aún más significativo al tratarse de un centro un tanto “fuera de los circuitos habituales”.

No se trata de discutir si el vaso está medio lleno o medio vacío, sino, ya puestos, de hablar de lo exagerado del orgullo por llenar un vaso de agua cuando otros dejan a mitad un jarrón, y con menos publicidad.

De lo que sí se trata, hoy, es de reconocer el mérito en llenar una olla como la del Auditorio del Hotel Reina Petronila de Zaragoza.

Créditos:
Fotografía de la conferencia de Alberto Recarte, el 26 de enero de 2011, tomada de Libertad Digital.
Fotografía previa al inicio del acto celebrado en el Museo L’Iber, el pasado 18 de noviembre de 2010, del autor.
Fotografía del programa Es la mañana de Federico, del día de hoy, tomada de ((esRadio.

2 comentarios:

  1. Se ha colado una errata en el apellido del escritor. Y eso que no cabía un alfiler.

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  2. Corregido. Gracias.
    La autocorrección del Word, que no la he supervisado (las que sí me sé son las de Losantos-Lozanitos y esRadio-estadio)

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