lunes, 13 de junio de 2011

Microrrelato, pero con versión extendida

Esta tarde me he acercado al centro para, con la excusa de que había quedado para tomar un café, hacer unas gestiones. Una de éstas me ha acercado a la Plaza del Ayuntamiento. Sí, como hace una semana, pero en esta ocasión iba preparado, y además, no había peligro: estaba junto a la librería municipal.

En relación con el comentario de entonces de caragüevo, puedo decir que quien sí se está aplicando en el trabajo es la Delegada del Gobierno: dijo que «la decisión de irse "la tienen que tomar ellos"», y hasta la fecha, lo está cumpliendo. Cabría preguntar: “Señora Botella (sí, se llama así, pero es ‘la’ otra), ¿estamos en lo que estamos?”, pero tal vez vinieran con lo de los derechos de autor y todo eso, por lo que mejor no preguntar… ya se ve.

Por mi parte, esta tarde, llegué, vi, entré en la librería, pregunté por lo que buscaba, me quedé con el único ejemplar que les quedaba, salí, volví a ver, y me sentí Monterroso:

«Cuando salí, los acampados seguían allí… y lo que te rondaré, morena»

Lo que siento es que haya un coche en medio de la foto estropeándola, porque para lo que hacen…

Créditos:
Fotografías tomadas en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia el 6 de junio (las dos primeras), y el 13 de junio, la tercera, del autor.

Nota:
Por cierto, el libro en cuestión es de Vicente Blasco Ibáñez y no es intencionado: Los cuatro jinetes del Apocalipsis.

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