viernes, 29 de julio de 2011

Un jerez en el delta… del Mekong

El 30 de junio de 1967 mes trasladé en avión de Seattle a Tokio, rumbo a mi misión en Vietnam. (…) Luego me trasladé a Seúl. (…) Luego me trasladé por vía aérea a Hong Kong. (…) Dándome cuenta de que la mejor manera de ir a Saigón consistía en utilizar los servicios regulares de la aviación comercial, salí de Hong Kong a bordo de un avión de Air France hacia el mediodía del 6 de julio. El vuelo era directo a Saigón. Alguien me dijo que el aeropuerto que Air France tenía con carácter alternativo era el de Hanoi. Contesté que me parecía muy bien. Llevaba un revólver y lo utilizaría para impedir que el avión fuera a parar a Hanoi. Viajaba con ropas civiles, y en aquellos tiempos aún no se registraba a los pasajeros antes de subir al avión.” (pp. 222-223)

Durante el verano de 1967, Vernon Walters, ya entonces general, estuvo unos meses destinado en Vietnam. En su libro de memorias hace diversas observaciones sobre esta guerra, que ya serán de objeto de otra anotación. Ésta versa sobre algo ya conocido en estas páginas.

A mi llegada a Vietnam decidí visitar a todos nuestros aliados que se habían unido a nosotros en aquella difícil e impopular guerra.” (pág. 252)

Así, ya había hecho referencia a la fuerza expedicionaria de Corea del Sur:
Tenía yo la impresión de que muchas de las críticas que se dirigían al ejército vietnamita eran de la misma naturaleza de las que dieciséis años antes se hicieron al ejército coreano. Este último mandó al Vietnam una fuerza expedicionaria de cincuenta mil hombres. De esta manera, Corea pagó parte de la deuda que tenía con la causa de la libertad y con los Estados Unidos.” (pág. 241)

Dicho deseo lo manifiesta como introducción a su referencia a las tropas filipinas junto a la frontera con Camboya:
Por vía aérea me trasladé a Tay Ninh, cerca de la frontera con Camboya, entre violentas tormentas con gran aparato eléctrico y fuertes aguaceros. Tay Ninh, la ciudad santa de la secta religiosa de Cao Dai, era una gran ciudad; en ella se encontraba el cuartel general del grupo filipino de Acción Cívica, integrado por soldados de este país que abnegadamente procuraban ayudar a los campesinos vietnamitas a aumentar su producción agrícola y ganadera y, al mismo tiempo, defenderles. Aterrizamos en Tay Ninh, y nos dirigimos al cuartel general filipino para una sesión de información; luego visitamos una de las unidades de Acción Cívica, situada al sur de la ciudad.” (pág. 252)

En el libro sólo he encontrado referencias a estos ‘aliados’ (excluyendo lógicamente a Vietnam del Sur) en tres ocasiones: las dos ya dichas, y una tercera, que, además, es la primera que figura en el capítulo:
Después de esta gira por el Norte, me trasladé a la zona del delta del río Mekong. A primera hora de la mañana del día 21 de julio subí a bordo de un bimotor U-8, en el aeropuerto de Tan Son Nhut, que me trasladó a Can Tho, en el delta. (…)
A la mañana siguiente volamos sobre el encharcado delta –era la estación de las lluvias– hasta la pequeña población de My Tho. (…) Después del almuerzo en las instalaciones norteamericanas, nos trasladamos en helicóptero a la pequeña capital de provincia de Go Cong. Bromeando pregunté si semejante denominación era realmente el nombre de la ciudad o si se trataba de una consigna publicitaria. Allí nos acompañó el asesor de seguridad norteamericano, y visitamos también al equipo médico militar español. Hablé con los médicos españoles y les di las gracias porque España estuviera presente en el campo de batalla de la libertad. Les gustó en gran manera tener un visitante que hablara español. Tomé una copa de jerez con ellos.
” (pág. 235)

Así pues, se cumplen 44 años y una semana de esta visita al destacamento médico militar español en Vietnam del Sur.

De haber leído el libro cuando lo compré (en enero de 1986), me hubiera enterado mucho antes de esta presencia española en Vietnam. Pero entonces no hubiera tenido el placer de que ser informado por un compañero.

Créditos:
Extractos del capítulo En Vietnam, de la segunda parte de Misiones discretas, libro de memorias del General Vernon A. Walters, según la traducción de Andrés Bosch, en edición de Planeta de septiembre de 1981.
Fotografía tomada del libro: en el delta del río Mekong, en julio de 1967.

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