jueves, 4 de agosto de 2011

Un detalle del detalle

Aunque reseñada en su día, desde hace un tiempo se está reivindicando a la denominada Escuela de Salamanca como cuna del liberalismo económico, allá por los siglos XVI y XVII.

Toma su nombre de la Universidad de Salamanca (la que con buen criterio, no prestaba lo que la naturaleza no daba), y forman parte de ella varios de los profesores que entonces tenían allí silla para enseñar (o sea, cátedra). Parte de su historia está narrada en la ponencia que presentó Rafael Termes en una Conferencia celebrada por el Acton Institute en junio de 2005:
Son muchos los maestros salmantinos que merecerían ser citados, pero, en aras a la brevedad, bastará señalar, en primer lugar, a Francisco de Vitoria (1483-1546), el fundador de la escuela, Domingo de Soto (1494-1570), Martín de Azpilcueta (1493-1586), Tomás de Mercado (1500-1575), Domingo Bañez (1528-1604), Luis de Molina (1535-1601), Juan de Mariana (1536-1624) y Francisco Suárez (1548-1617) que es, sin duda, la última gran figura de esta escuela.

Como puede verse, entre los miembros de la Escuela figura Juan de Mariana, de quien toma nombre el así denominado Instituto español (lo que anglicismamente diríamos un think-tank), de manifestadas raíces liberales.

Liberales, aunque no necesariamente cristianas, ya que una cosa que se suele obviar es que los integrantes de la Escuela de Salamanca eran no sólo religiosos, sino religiosos cristianos católicos, que aplicaban los principios y desarrollos de la escolástica católica, en comunión con la doctrina de la Iglesia, además de en los campos de la moral y ética, también en el de la economía. De hecho, como puede observarse en el retrato, el padre Francisco de Vitoria era de la Orden de Predicadores, o sea, dominico.

Estos días he traído a estas páginas dos referencias al año 1959 español: la segunda, la apertura cuasi-liberal de la economía, y la primera, al hilo del humor, una cuestión de fuentes de documentación, en relación con al visita que hizo el Presidente Eisenhower a España en diciembre de ese año.

En la reseña enlazada que sobre dicha visita figura en ((esRadio, se incluye:
Como curiosisas (sic, entiendo que es curiosidad), César Vidal ha apuntado que el presidente norteamericano regaló a Franco "una copa de cristal de roca con el sello de la presidencia y una polaroid de instantáneas que no había salido aún al mercado".

La primera impresión que queda al leer esto es la de una crítica al posible gusto hortera o de nuevo rico de Franco, ante la oportunidad de tener cosas nuevas (gadgets, dirían ahora). La segunda impresión es: ¿y Franco no regaló nada?

Pues sí, Franco sí regaló, bueno, España regaló a los Estados Unidos en la figura de su Presidente, se entiende.

Y resulta fácil de saberlo, en esta época actual, yendo a las fuentes, o al menos, a una fuente, gracias al esfuerzo de escanear todos sus fondos que ha hecho ABC. Pues es en su ejemplar del día 23 de diciembre de 1959 donde se puede ver una foto de los regalos (obra de T. Naranjo o de Sanz Bermejo; no se especifica), en la que destaca, y es objeto de mención en el pie de foto, el retrato del padre Francisco de Vitoria, óleo de Daniel Vázquez Díaz.

En la primera de tipografía (que se decía antes, conforme estaba estructurado el periódico), hay un recuadro para los regalos:
El Caudillo obsequia con un lienzo de Vázquez Díaz al Presidente.
Se trata de un retrato del P. Vitoria.
(…)
[Vázquez Díaz], en este retrato del P. Vitoria, imagen del teólogo y del jurista, completa la versión plástica de la acción de los españoles en América, la acción de la espada y la acción del pensamiento.
La obra (…) es también, aparte de sus altas calidades artísticas, como una evocación de aquel otro mensaje de paz que el mundo recibió hace cuatro siglos, con voz española, desde la cátedra ejemplar de una Universidad de España.


Sí, tal vez no fuera el mejor momento para hablar del liberalismo del Padre Vitoria; o tal vez fuera un mensaje entre líneas de lo que era el germen del Plan de Estabilización; o tal vez fuera casualidad; o tal vez fuera un gol que le colaron a Franco.

Lo que no sé es a qué se pudo deber la ausencia de toda referencia a los regalos de Franco a Eisenhower, salvo que alguien recordara en el último momento, las palabras de Rafael Termes en su ponencia:
El breve repaso que hemos hecho del pensamiento económico de los maestros salmantinos, al margen de su interés para evaluar la moralidad de la economía de mercado, aporta una refutación empírica a la teoría de Max Weber en cuanto al papel del protestantismo en la génesis del capitalismo.

Nota:
Precisamente ayer estuve a punto de comprar el libro de Weber, pero como sé que no estoy de humor para leerlo en breve, lo dejé para mejor ocasión. Contra la diligencia, la pereza, que diría alguien.

Créditos:
Retrato del Padre Francisco de Vitoria, de Daniel Vázquez Díaz, tomado de internet.
Imagen de la fotografía de los regalos a Eisenhower, y extracto d ela noticia correspondiente, tomados del ejemplar de ABC del 23 de diciembre de 1959, disponibles en la hemeroteca de internet del periódico.

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