martes, 6 de septiembre de 2011

Antes el sentido era común

Hace tiempo tuvo mucha difusión cierto discurso o carta, o yo-qué-sé, del entonces Primer Ministro australiano en relación con los intentos de adaptar u obligar la sociedad australiana a la nueva deriva aliancesca, en partir, la islamización.

Deduzco que aquel Primer Ministro ya no debe estar en el cargo, pues no de otra forma se entiende la noticia de ayer.

Siempre se ha dicho que el sentido común es el menos común de los sentidos; ahora, a falta de sentido común, tendrán (¿tendremos) Era común.

En este empeño de que nada sea lo que era, a más de uno habría que enviar a la era… a segar, trillar o lo que se tercie.

5 comentarios:

  1. Pues si ya me leen el siglo XVIII como equis, uve, palito, palito, palito; imagino lo que será el día que tengan que meterse p'al coleto el galimatías ese de BCE, BP y CE.

    Lo veremos en España, lo veremos... A los zetapetienses no se les escapa una y estas cosas les encantan.

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  2. Lo de los palitos y las uves lo vi por primera vez en la pasada JMJ a un grupo de peregrinos, nombraban al Papa como Benedicto Equis Uve Palito.
    Lo que no queda claro en la noticia es qué se considera era común y cuándo empieza.
    Una estupidez australiana más, pues allí es donde hay 29 opciones sexuales diferentes, según ellos.
    Todo esto demuestra que esta cabeza abajo, en las antípodas, es malo para el cerebro.
    Aquí en España tendremos 4 calendarios:
    - con referencia a la II República
    - con referencia al paso de ZP
    - con referencia al Acontecimiento Planetario (según Leire)
    - con referencia a la III República.
    Un lío... más.

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  3. Panda de ociosos soplapollas, eso es lo que son.
    El tiempo histórico, la historia humana, seguirá rigiéndose por el nacimiento de Jesús, les guste o no les guste. Sólo es un intento, por los de siempre, de querer ocultar de mala manera lo que no se puede ocultar.

    Por otra lado, estas chorradas postmoderna me traen a la memoria las palabras claras y concisas de un líder musulmán sabedor de la decadencia actual de occidente: "“Gracias a vuestras leyes democráticas os invadiremos, gracias a nuestras leyes religiosas os dominaremos; los petrodólares que entran en las cajas de Arabia Saudita y de otros Gobiernos islámicos son usados para construir mezquitas y centros culturales en países cristianos con inmigración islámica, incluida Roma”."

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  4. El problema no es tanto esas " leyes democráticas" como la terrible carga que llevan algunos en su paso por la tierra: Nuestros antepasados eran malos, crueles, organizaban cruzadas contra la pacífica morería, etc..
    Y es tanta su ignorancia, y tanto su cinismo, que les cuestas reconocer -voltearía su estúpida visión adolescente de la vida- que gracias a la sangre de los cruzados que detuvieron la amenazante invasión otomana por el mediterráneo, pueden llevar a cabo su formas de vidas.

    Lo que acabará dramáticamente con occidente será en realidad esto. El profundo deprecio de los hijos por sus mayores. El profundo desprecio de estos por la historia. La absoluta falta de amor por lo que fuimos, que fue en definitiva, lo que nos dejó lo que tenemos hoy.

    Valiente herencia malgastada.
    Valiente panda de soplapollas ociosos...

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  5. Campaña contra el turco

    Pero surgió entonces un nuevo peligro. El peligro turco volvía a sentirse sobre Europa. Los terribles asiáticos habían conquistado una isla de Grecia, Rodas, bastante avanzada sobre el mediterráneo. El Papa volvió a llamar a cruzada, y el "Gran Capitán", con cincuenta y seis barcos, unidos a otros cuantos de la escuadra veneciana, marchó sobre la isla cogida por el turco. La isla se defendió bravamente, arrojando sobre los barcos españoles incluso trozos de rocas y aceite ardiendo, que sosteniéndose sobre el mar, lo convertía en un campo de fuego. A pesar de todo esto, las tropas del "Gran Capitán" saltaron a la isla y la reconquistaron. España había vuelto a salvar a Europa. Había rechazdo por oriente al turco, como por occidente había rechazado al moro.

    Al desembarcar en Venecia, Gonzalo es recibido con delirio, como un dios. Le llenan de regalos, que él reparte con rumbo* de buen andaluz entre sus soldados.


    * A mí mi madre siempre me ha dicho que soy bastante rumboso, no como el "Gran Capitán", por supuesto, porque yo actualmente no gano ná de ná para repartir, pero sí, como mi padre (Q.D.G).

    Extracto de "Historia de España contada con sencillez" de José María Pemán (casi ná)

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