viernes, 6 de abril de 2012

No insulta quien quiere…

Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.

Créditos:
Transcripción del Evangelio según San Mateo (27, 27-31), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer.
Fotografía del cuadro Los improperios, del Maestro de Alcira, óleo sobre tabla, del siglo XVI, en el Museo de la Catedral de Valencia, de agosto de 2010, del autor.

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