sábado, 14 de abril de 2012

Viernes y 13: A-gracia-dos

Una de las cosas más importantes que se decidieron en Cádiz durante el asedio sufrido en la Guerra de la Independencia, no fue tanto la famosa Constitución de 1812, como la instauración de la Lotería Nacional. De hecho, como la otra, ha celebrado su bicentenario, es más, lo ha hecho quince días antes.

Aunque, como podemos ver, el tema de los premios no es de hace poco, sí los hay recientemente entregados.

Por ejemplo, el pasado miércoles se entregaron a don Juan Verlade Fuertes y a don Juan Ramón Rallo Julián los premios de investigación Julián Marías 2011 a la carrera científica, por un lado, y a investigadores menores de 40 años, por otro.

No sé si el acto fue único, porque la noticia no dice nada, pero también existen los premios Miguel Catalán, concedidos en 2011 a doña María Teresa Miras Portugal, como carrera científica dedicada al estudio de la neurociencia, y a don Diego Córdoba Gazolaz, como menor de 40 años, “por sus importantes trabajos en el campo de las matemáticas”.

La noticia no lo dice, pero los premios se concedieron allá por diciembre pasado, y están dotados con 42.000 euros (el de la carrera), y 21.000 euros (el de la edad, digamos). Es decir, 126.000 euros en premios, más las reuniones y gestiones previas oportunas.

La verdad es que nunca he entendido yo eso de unos premios, nacionales, regionales o locales, por tal cosa o por tal otra, pero como, por ejemplo, en el caso del libro y literatura, también existen en Estados Unidos, no habrá que considerarlos despilfarro, sino anunciarlos y proclamarlos, más aún siendo los protagonistas quienes son. Pero si alguien quiere premiar a alguien, que lo haga… con su propio dinero, ¿no? Los Premios Nobel al menos empezaron como algo privado, aunque ahora ya no lo sé.

En todo caso, enhorabuena a los premiados, que se dice.

Nota: Esta anotación se publica tarde porque en la lotería apenas paso del reintegro.

Créditos:
Imágenes de décimos de la Lotería Nacional conmemorando el bicentenario de la propia Lotería y de la Constitución de 1812.

Nota a los créditos. Sin embargo, para llevar la contraria, con estos décimos sí conseguí premio, aunque sólo los reintegros.

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