lunes, 21 de mayo de 2012

Aun perdiendo, tablas

Hace diez días se cumplieron cinco años del décimo aniversario de un importante acontecimiento en el mundo del ajedrez: «El día que la máquina ganó a su dios».

De esta forma tan vehemente, ABC tituló la crónica con la que se recordaba los diez años del día en que “un superordenador de tonelada y media de peso, capaz de calcular hasta 200 millones de posiciones por segundo con ayuda de 256 procesadores”, fabricado por IBM y conocido como Deep Blue, finalizaba un curioso enfrentamiento con Garry Kasparov, conocido como El Ogro de Bakú.

El enfrentamiento tenía lugar en Nueva York, y el resultado era de una primera partida para Kasparov, una segunda para Deep Blue, y tres más en tablas. La novedad no fue, por tanto, el resultado, sino lo que parecía haber tras él.

Según dice Federico Marín Bellón en la antedicha crónica de ABC, ante la discutida apertura de Kasparov, “alguno quiso ver una maniobra de distracción del ruso, un ardid seguido de una fabulosa actuación para la galería, en la creencia de que la máquina, desprovista de intuición y con preferencia por comer piezas en lugar de pensar en bienes más espirituales, no sabría manejar una posición superior pero con desventaja material.

En cambio, en esa partida del 11 de mayo de 1997 que concluyó con la victoria de Deep Blue (nada novedosa), y con su triunfo en el enfrentamiento (cosa sí digna de reseñar), “lo cierto es que Deep Blue sacrificó un caballo a cambio de ataque”, acción por la que, lógicamente, “Kasparov acusó al ordenador de recibir ayuda humana”.

El sacrificio es una característica humana, pero también lo es la obsesión, y si bien Kasparov “exigió una revancha que nunca interesó a IBM”, no parece que haya vivido desde entonces aplastado por ello, lo que le ha salvado de ser un personaje literario.

Créditos:
Fotografía y textos tomados del artículo de ABC reseñado, del día 11 de mayo de 2007, de la hemeroteca del autor.
Imagen del desarrollo completo de la partida, con diagrama de la posición existente tras la séptima jugada, tomada de El País, también del día 11 de mayo de 2007, de la hemeroteca del autor.

1 comentario:

  1. Interesante anotación y, por supuesto, gracias por el enlace. A ver si me pongo a ello y hago el análisis, el mardito análisis ;-)

    ResponderEliminar