miércoles, 22 de agosto de 2012

Alit lectio: Llegó el ovillo

Hace un mes finalicé la lectura de El hilo invisible, que había recibido poco antes, y desde entonces estoy pensando en cómo hacer la reseña del libro.

Y es que se trata del conjunto de los relatos premiados en el I Concurso Literario Católico Vita Brevis, y por tanto, cada relato es hijo de su padre y de su madre: uno es bastante breve, otro es bastante largo; uno es un relato coral, otro más familiar, aquél, unipersonal; hay leyenda revisada, e historia rememorada; éstos, se desarrollan en un ambiente rural, en aquéllos, su entorno es urbano; cuitas del día a día, y catástrofes naturales; en uno, hay presencia animal, como muestra de los humanos; en otro, hay presencia humana, como muestra de animales monstruosos;…

(Un breve resumen de cada relato figura en la noticia donde se informa de los premiados, por lo que hago gracia de ellos.)

En toda esta variedad, es inevitable que los haya que me gusten más o menos (aunque ninguno me disgusta); que los entienda mejor o peor (tengo que reconocer que con el relato de Manuel Valderrama Conde, Tres páginas, dos voces, un hexágono, necesito lecturas adicionales, no sólo del relato); que los retenga en la memoria o que estén algo desdibujados; que me hayan impactado más o que apenas me hayan afectado.

Sobre los estilos de cada relato, por ejemplo, el de Jorge Durán en El negrito, más que entrecortado, como se indica en el artículo, yo diría que es de pincelada corta y precisa; Joaquín Gómez Carrillo en su El retrato de la Señorita Madre consigue dar los detalles justos para crear la atmósfera de y en la casona (la mención al Sidol ya muestra que toda la descripción es verdad); tanto Yolanda Obregón García, en El muñeco, que nos devuelve a la infancia con los amigos y los juguetes, como Christian Peña, en El Danger, historia de un redimido, cuya infancia es la que acoge animales desamparados, y Lola Sánchez Lázaro-Carrasco, en Catalina, con una infancia real, sólo en cuanto a la edad, consiguen dar las expresiones y detalles para realmente oír al niño que nos cuenta el relato.

Y agobios y angustias hay muchos, y a fe que los vivimos leyéndolos: Eugenio Rey Huerta en Un ovillo de lluvia, la angustia de quien espera; José Manuel Genovés Artal en Miguel, la de quien no puede esperar; Elena Marqués Núñez en 1947, la angustia y el agobio de quien no tiene tiempo para todo lo que hay que hacer; Dacio R. Medrano en El último hombre, en cambio, los de quien tiene el tiempo justo para sólo una cosa.

Tal vez los que menos me hayan atraído sean los relatos de Ruben Martín Camenforte, Los últimos días del seudónimo Gian Falco, porque me costó captar la situación; de Alejandro Sanz Peinado, El puticlub, porque veo un tanto forzada la secuencia narrativa; y José María Pérez Chaves, El engaño de Afrodita, porque el giro que da al relato legendario sucede demasiado tarde en el contexto conocido de la historia (muy bien narrada por otra parte) como para resultar creíble.

Hay relatos que tocan temas de actualidad (desde el punto de vista periodístico, se entiende), y así, de una manera sencilla, Ana Lasanta, en El candidato, reclama unos políticos muy distintos a los que hay; The Whiskerer en La taberna tomada, denuncia el avasallamiento de la personalidad propia (a costa del multiculturalismo, ¿por ejemplo?); y Raquel Andrés Durà en Frío, muestra los peligros de que una familia quede en una mera coincidencia de personas en una vivienda.

En esta muestra de la actualidad, dejo para el final el relato de Alberto de Frutos Dávalos, La colina mil uno, aunque se sitúe en Ruanda en 1994. Podría decirse que el relato acaba inverosímilmente bien, pero es normal esta sensación en un mundo que apenas deja sitio para la esperanza. Lo que lamento es no poder asegurar que esa esperanza podamos hallarla en un conflicto mucho más cercano a nosotros, como es la situación actual en Vascongadas.

Nota:
De los relatos de Bruno Moreno Ramos (Una decisión en conciencia), editor de Vita Brevis, e impulsor del concurso; Mario Crespo (Tener una tía monja), editor del libro; Juan Antonio Ruiz, LC (¡Adiós, Alonso!), articulista de InfoCatólica; Eleuterio Fernández Guzmán (El discípulo), bloguero de InfoCatólica; y Luis Fernando Pérez Bustamante (El hombre de corazón torcido), director de InfoCatólica, no digo nada que luego todo se sabe.

Nota final:
Tal vez al hilo del lema final del libro, puedo publicar esta anotación precisamente este día: Laus Deo Virginique Matri.

Créditos:
Portada del libro El hilo invisible, editado por Vita Brevis.

19 comentarios:

  1. Interesante anotación.

    Me ha gustado mucho, sí.

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  2. S.Cid:
    Me alegro. No te puedes imaginar lo que me ha costado redactarla.

    Un saludo.

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  3. Buenos días, Posodo: Soy Lola Sánchez, la autora de "Catalina". Quería darte las gracias por pararte en mi relato y además comentarlo.
    Un saludo

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  4. Hola, anónima Lola:
    Bienvenida y gracias por la visita y el comentario.
    Tu relato es curioso, precisamente por mostrar unas escenas infantiles dentro de un momento histórico que como casi todos, han carecido de la perspectiva de los protagonistas siendo niños.
    También he de decirte que en la primera lectura, tal vez por lo novedoso, como acabo de comentar, tardé un poco en darme cuenta de ello, pero en la relectura vi que debió de ser por circunstancias del momento.
    Enhorabuena por haber sido seleccionada para el libro, y ánimo, a por más relatos.
    Un saludo.

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  5. Gracias por la reseña Posodo. Le escribe Cristhian Peña ("el Danger, la historia de un redimido"). Para un escritor menos que novel como yo, es la primera vez que me publican algo, todo ha sido una novedad fabulosa. Un regalo inmerecido.

    Estoy escribiendo una novela histórica. Si fuese posible me gustaría que ahondara un poco en la critica a mi relato, se muy poco y tengo todo un mundo que aprender. ¡Hay que aprovechar a los que quieren enseñar! :)

    Un saludo.

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  6. Muchas gracias por la reseña. Me has aportado nuevos puntos de vista sobre el libro y sobre algunos de sus relatos.
    Me apunto a tu blog. Un saludo,

    Mario Crespo.

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  7. Enhorabuena a todos los premiados y muchas gracias por la reseña, posodo.

    Confío en que disfrutes una relectura de mi relato y, sobre todo, de algún autor al que hago referencia.

    Manuel Valderrama Conde

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  8. Gracias por mencionar mi nombre y mi relato: "El retrato de la Señorita Madre", publicado en el libro EL HILO INVISIBLE.
    Me ha gustado tu blog y lo visitaré a menudo. Si quieres puedes visitar el mío: "EL PICO DE LA ATALAYA" (http://jqngomezcarrillo.blogspot.com.es/)
    Saludos.

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  9. Hola, Christian:
    De nada.
    Enhorabuena por el relato y el premio, y sobre todo, por tu propia historia.
    Ánimo ante el reto de escribir una novela histórica, pues ya sabrás que la peor parte es la laboriosa tarea de documentarse fielmente para no cometer ni anacronismos ni situaciones inverosímiles en el contexto en que se desarrolla tanto la acción como el pensamiento que la conduce.
    Intentaré desarrollar algo más el comentario a tu relato, pero no puedo prometerte nada (ni en forma ni en tiempo), pues la crítica literaria no es mi fuerte.

    En todo caso, nuevamente, enhorabuena, y gracias por venir por estas páginas.

    Un abrazo.

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  10. De nada, Yolanda. A ti por el relato, y enhorabuena por él y por el premio.

    Un abrazo.

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  11. De nada, Mario Crespo.
    Me alegro de haber, incluso, resultado útil.
    Gracias por tu interés.
    Un saludo.

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  12. Lo que me pasaba, Manuel Valderrama Conde, es que como había referencias literarias que sí captaba y entendía, la lectura era un continuo sufrir ante lo que me estaría perdiendo, por las que captaba y no entendía, y ante la duda de cuántas ni captaba. Esto hacía que no terminara de disfrutar de lo que leía.
    Seguiré tu consejo, pero reconocerás que son muchos deberes ;-)
    Un saludo.

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    1. Muchas gracias, posodo.

      En principio, el relato es autocontenido. Sin embargo, sí que resulta satisfactorio conocer algunas referencias. La más evidente no se nombra por su título: la famosísima Sonatina de Rubén Darío.

      Tanto la obra original de Rubén Darío como la de Milton o Lovecraft están en el dominio público, según la legislación española, al haber transcurrido más de 70 años desde sus muertes. Puede no ser así para traduciones o ediciones concretas con prólogos, notas, etc.

      Del Paraíso perdido de Milton, poco es necesario saber, más allá del título, o lo que dice, por ejemplo, Wikipedia.

      De la obra de Lovecraft, basta con lo que explica el relato sobre los Mitos de Cthulhu y el Necronomicón.

      La referencia a Santa Hildegarda de Bingen es bastante lateral y se autoexplica en la nota final.

      Hay varias alusiones a la conocidísima película con guión de Arthur Clarke y Stanley Kubrick que sí se menciona: 2001, una odisea del espacio.

      La otra relectura que sí merece la pena hacer es La Biblioteca de Babel, incluída en las Ficciones de Borges. No está en el dominio público, pero a mí me ha resultado más fácil encotrarla en Internet que en uno de los varios volúmenes de papel dispersos por mi casa que la contienen. Naturalmente, el profesor Gallardo hace una descripción coincidente con Borges en algunos puntos, discrepa en otros y se extiende en detalles del sistema informático que Borges no pudo conocer.

      Aunque no lo menciona expresamente, el profesor Gallardo cree que Borges calló muchas cosas de su visita a La Biblioteca. Así dice (negritas mías): "El maestro verosímilmente noveló su descripción de la Biblioteca eterna, ilimitada y periódica, autosuficiente y misógina".

      El resto de las referencias o se autoexplican más o menos (La esfera de Pascal, El jardín de los senderos que se bifurcan) o no tienen demasiada relevancia, siendo reales: El Quijote, Guerra y Paz, La Eneida, Annals of Improbable Research.

      En el poema final hay metáforas que se entrelazan con temas literarios o de actualidad, pero no voy a destriparlas.

      No sufras con la lectura, por favor. Un abrazo y gracias por tu tiempo.

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    2. Muchas gracias, de nuevo, Manuel, ahora por tu explicación, que seguro que a más de uno ayudará (yo mismo, ¿por qué no?), y a otros, animarán a la lectura del relato.
      A Lovecraft lo leí hace sus veinticinco años y algún recuerdo me queda; de Santa Hildegarda tengo una biografía; y de La Biblioteca de Babel acabaré antes con una nueva edición que buscando dónde pueda haber acabado escondiéndose.

      Gracias otra vez, y un saludo.

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  13. Hola, Joaquín Gómez Carrillo.
    Sólo darte ánimo y un fuerte abrazo.

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  14. Soy Jorge Duran: Hay cosas que me cuesta creer: El Negrito ( Mi cuento )durmió en mis archivos por varios años.Pensé siempre que es un cuento muy sencillo para enviar a un concurso.Luego resulta seleccionado y está en el libro. Merece que te detengas a hacer un comentario sobre el y que lo menciones. Gracias.Un abrazo Jorge Duran

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  15. Hola, Jorge Durán.
    Curiosa la vida que acaban teniendo los relatos, ¿verdad?
    El Negrito sí lo menciono, diciendo de él que es "de pincelada corta y precisa". No puedo extenderme mucho más porque no sé, no es mi oficio la crítica literaria, sólo alcanzo a dar mi impresión, y a veces, ni mi opinión sé con certeza; y en un libro que es una antología, es más difícil aún.
    Un abrazo.

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  16. Enhorabuena por esta entrada. El que la sigue la consigue, y tú estás empezando a recibir y recoger con tu blog lo que con tanto esmero y esfuerzo vas sembrando.

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