sábado, 8 de septiembre de 2012

En sus casillas

Son las cinco de la tarde del martes 11 de julio de 1972. Las entradas del recinto del palacio de los deportes, el Laugardalsholl, en el anodino complejo de ocio de Reikiavik, están agotadas. Sobre el estrado, el campeón del mundo de ajedrez, Borís Vasilievich Spasski, de veinticinco años, está sentado solo ante el tablero. Juega con las blancas. A la hora en punto, el árbitro alemán Lothar Schmid pone en marcha el reloj. Spasski levanta el peón de la reina y lo avanza dos casillas. El rey del ajedrez de la Unión Soviética ha iniciado la defensa del título que ha sido suyo desde 1969, y de su país sin interrupciones desde la Segunda Guerra Mundial. Echa un vistazo al otro lado del tablero. La silla giratoria de piel negra, cara y de escasa altura, hecha a medida para su contrincante, está vacía.
Seis minutos después llega el aspirante norteamericano, Bobby Fischer. Un suspiro de alivio recorre la sala. Debido a su negativa a marchar de Nueva York a tiempo para llegar a la inauguración del match, la primera partida ha sido aplazada, y muchos temían que no apareciera. Con Fischer nunca se sabe. Ahora, una mano grande se alarga hacia el tablero, levanta el caballo del rey negro y lo coloca en f6.
En la provinciana y, por lo general, tranquila capital islandesa, lo que ya se califica como «Match del siglo» acaba de empezar por fin.

El match, iniciado como vemos un 11 de julio, comenzó su 21ª partida el 31 de agosto. Después de 40 jugadas, y como estaba estipulado, la partida se aplazó al día siguiente, previa reflexión de Spasski:
Spasski parecía agotado. Invirtió solo seis minutos en pensar su último movimiento, que después anotó en un papel y entregó a Schmid, quien lo guardó sellado en el sobre. Fischer firmó en la solapa, un control de seguridad habitual. En ese momento el público pudo relajarse y charlar, se levantó del asiento, y la conversación giró en torno a quién contaba con ventaja posicional.

Sin embargo, no me consta que el sobre se abriera al día siguiente: Borís Spasski renunció telefónicamente a continuar la partida, y ni se presentó en la sala. Bobby Fischer sí se presentó, y por tanto, consiguió el triunfo, y con él, vencer en el match del siglo.

Era Campeón del Mundo de Ajedrez.

Todo esto último sucedió el 1 de septiembre de 1972, es decir, hace una semana se cumplió el cuadragésimo aniversario.


Pero a mí, como a Felipe, se me había olvidado.

Créditos:
Transcripción del inicio del capítulo 1 El match del siglo, y del 19 Hacia el amargo final, según traducción de Eduardo G. Murillo, de Bobby Fischer se fue a la guerra. El duelo de ajedrez más famoso de la historia, de David Edmonds y John Eidinow, tomada de la primera edición (de junio de 2006) realizada por Debate (pp. 23-24 y 280-281).
Cubierta de la edición antedicha, del Departamento de diseño de Random House Mondadori / Nuria Zaragoza, con fotografía de Hans Namuth, cortesía del Center for Creative Photography.
Tira de Mafalda, tomada de Todo Mafalda, recopilatorio editado por Lumen en 1992 (pág. 375 de la edición de 1996).

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