lunes, 31 de diciembre de 2012

Campanadas del 2012-03: Renta antigua… actualizada

Al decir de los sacerdotes, ante la gran escasez de dinero en circulación que hubo durante su reinado, se promulgó en Egipto una ley, en virtud de la cual uno sólo podía recibir un préstamo dando como garantía el cadáver de su padre; y a esta ley se agregó, además, esta otra: quien facilitaba el préstamo se convertía, de paso, en dueño de toda la cámara mortuoria del contrayente; y si el que ofrecía la susodicha garantía no quería devolver el préstamo, sufría la siguiente sanción: el deudor en cuestión no podía, a su muerte, recibir sepultura en la tumba paterna hipotecada ni en ninguna otra, y tampoco podía enterrar a ningún otro miembro de su familia que hubiese fallecido.


Heródoto se refiere al reinado del faraón Asiquis, si bien “no se conoce a ningún faraón con este nombre. Quizá se trate de Shepseskaf (¿o Aseskaf?), que terminó la pirámide de Micerino y la de sus esposas. Si así fuera, se trataría del último rey de la IV dinastía (hacia 2560 a.C.)”.

Como podemos ver, el tema de las hipotecas ya era importante hace casi 4.500 años.


Menos mal que hace cinco años, el Gobierno socialista presidido por Rodríguez Zapatero, decidió resolver el incipiente problema de los desahucios creando juzgados específicos para… acelerarlos.

Créditos:
Extracto del Libro II Euterpe, de la Historia de Heródoto, según traducción de Carlos Schrader, tomado de la edición realizada en la colección Biblioteca Gredos, por RBA Coleccionables, distribuida para su venta en kioscos en 2006 (volumen I, pág. 427).
Extracto de la nota 480 de Carlos Schrader, en dicha edición.
Imágenes de noticias publicadas en ABC el 11 de octubre, y en El Mundo, el 29 de septiembre, ambas de 2007, remaquetadas, de la hemeroteca del autor.

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