jueves, 5 de septiembre de 2013

Poco, pero “de verdad”, sin engaño

Al preparar hace doce días la anotación sobre la festividad de San Bartolomé, y al no recordar nada específico de él, me guié tan sólo por las relaciones que del grupo de los Doce se hacen en los tres Evangelios sinópticos (relación que también aparece en los Hechos). El comentario con que Santiago poco después enriqueció la anotación me hizo suponer que la fuente no sería ni los Evangelios apócrifos ni la Leyenda Dorada. Y, en efecto:

Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea y encuentra a Felipe. Y Jesús le dice: «Sígueme.» Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro.
Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, te vi.» Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Curiosamente, en el Evangelio según San Juan, donde no se recoge la relación de los Doce, es donde figura de un modo destacado la temprana incorporación al grupo de Apóstoles de San Bartolomé (aún identificado como Natanael).

Como podemos apreciar, el Evangelio nos muestra que no es lo mismo estar en la higuera, que “debajo de la higuera”. Y, tal vez, Bartolomé-Natanael viera en esa higuera unos brotes que, como en la higuera de la parábola (Lc 21,29-33), le indicaran no ya la cercanía del verano, ni la llegada del Reino de Dios, sino la proximidad del Hijo de Dios,… y fue a verlo y a quedarse con Él.

Créditos:
Extracto del Evangelio según San Juan (1, 43-51), tomado de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer.
Imagen del Martirio de San Bartolomé, óleo sobre lienzo de Pedro Oromig (primer tercio del siglo XVII), en la Parroquia de San Andrés, en Valencia, tomada del Catálogo de la exposición La Gloria del Barroco, editado por la Generalidad Valenciana-Fundación La Luz de las Imágenes (pág. 189), de la biblioteca del autor.

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