jueves, 31 de octubre de 2013

No hay color

En la anotación de hace unas dos semanas acerca de la superación de la velocidad del sonido, es posible que alguien de los que se percatara de una franja roja en la fotografía que la ilustraba, pudiera pensar que se trataba de la famosa «barrera del sonido», ya superada por el morro del avión de la fotografía.

Pues no, no se trataba de eso.

La franja que desluce la fotografía es un ejemplo de los problemas de la maquetación. Queda muy aparente una fotografía en gran tamaño, ocupando las dos páginas cuando se abre el periódico o el libro, pero lo que no se suele tener en cuenta es que la encuadernación suele fallar, de modo que el pliegue no se produce exactamente donde está previsto, con el resultado de que, o no se ve completa la foto, o se ve partida por lo que hay en el otro lado del pliegue.

En los libros de arte la cosa tiene más delito, porque para apreciar la imagen casi hay que desencuadernar el libro, ya que lo que ‘cae’ en la zona intermedia apenas si se ve.

Lo que no suele suceder, sin embargo, es que la imagen quede dividida, además de por el pliegue, por la forma de reproducción elegida:


una parte en color, y la otra en blanco y negro.

Créditos:
Imagen del montaje de la noticia Cecilia Bartoli, en el nombre de María, de Julio Bravo, publicada en ABC el 14 de septiembre de 2007, de la hemeroteca del autor.

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