domingo, 27 de octubre de 2013

¡Quiquiriquí!

El cambio del horario de verano al de invierno de hace 25 años me pilló con unos amigos pasando unos días de finales de septiembre en París.

Lógicamente, estábamos para todo menos para recordar un detalle tan nimio, con el resultado de que ese domingo aparecimos por la cafetería de donde nos alojamos con ganas de desayunar… y quedándonos con las ganas durante una hora. También hay que decir que no fuimos los únicos (al menos un francófono también picó).

Se ve que, a pesar de estar en plena Francia, no conseguimos coordinarnos con el correspondiente gallo, problema que posiblemente sí resolvieran en cierta granja española muchos años antes.


(Lo que me lleva a preguntarme desde cuándo se realiza el cambio de horario, pero… ¡ahora no son horas!)

Créditos:
Viñeta de Xaudaró, publicada en Blanco y Negro, tomada del tomo III de la colección Chistes de Xaudaró, publicado por Prensa Española, sin fecha, de la biblioteca del autor.

1 comentario:

  1. Desde que puedo recordar, mi madre protesta, año tras año, en las dos ocasiones que toca el cambio de hora... Y mis pobres biorritmos también... ;-)

    Un abrazo.

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