jueves, 31 de octubre de 2013

T'ispiri il Signore un concento

Cuando el pensamiento vuela hacia praderas cercanas a otras riberas distintas de las habituales, suelen padecerse despistes.

En mi caso, el de recordar debidamente el bicentenario de Giuseppe Verdi, que fue este pasado día 10 de octubre, es decir, hace tres semanas.

Por tanto, ¿qué mejor que recurrir al tercer acto de su tercera ópera?


El coro de esclavos de Nabucco pronto devino en un canto patriótico italiano (era la época de la unificación italiana), pero de inmediato, fue un ruego cumplido: en efecto, el Señor inspiró a Verdi un magnífico concento.

Lo triste es que siga estando vigente el verso de “Oh mia patria sì bella e perduta!”, y no sólo en Italia.

Nota:
Para los poco habituados a la ópera, el bis no es por tratarse de la segunda escena, sino que ya es algo habitual ante la representación de este coro.

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