martes, 7 de enero de 2014

Spoken un poken

Pensó Yahvé: «(…) Confundamos su lenguaje, de modo que no se entiendan entre sí.» Y desde aquel punto los desperdigó Yahvé por toda la faz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por eso se la llamó Babel, porque allí embrolló Yahvé el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahvé por toda la faz de la tierra.

Luego, con el tiempo, aparecieron los traductores, e incluso la gente se decidió a aprender idiomas.


Bueno, un poco.

Créditos:
Extracto del Génesis (11, 6-9), tomado de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de un cartel en un comercio de Fráncfort del Meno, en enero de 2014, del autor.

1 comentario:

  1. Ja, ja... ¡Qué bueno! Esperemos que lo hablen mejor que lo escriben...

    Abrazos (que se entienden en todos los idiomas).

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