sábado, 14 de marzo de 2015

Una artística niebla natural (¿o será al revés?)

CYRIL Entonces, ¿la Naturaleza imita al paisajista y copia los efectos de su obra?
VIVIAN Por supuesto. ¿Acaso no debemos a los impresionistas esa maravillosa niebla plomiza que avanza lentamente a través de nuestras calles difuminando las farolas de gas y transformando las casas en sombras monstruosas? ¿ Acaso no les debemos a ellos y a su maestro la adorable neblina plateada que flota sobre nuestro río y convierte en difusas formas de evanescente gracia el puente curvado y las barcazas meciéndose? El extraordinario cambio que ha experimentado el clima de Londres durante la última década se debe por entero a esta escuela de arte en concreto. Veo que sonríes. Considera la cuestión desde el punto de vista científico o metafísico y verás que tengo razón. Pues, ¿qué es la Naturaleza? No es la gran madre que nos ha dado a luz. Es una creación nuestra y cobra vida en nuestro cerebro. Las cosas existen porque las vemos, y lo que vemos o cómo lo vemos depende de las artes que han influido en nosotros. No es lo mismo mirar una cosa que verla. No vemos un objeto hasta que apreciamos su belleza; sólo entonces cobra existencia. En la actualidad la gente ve la niebla no porque haya niebla, sino porque los poetas y los pintores han mostrado el misterioso encanto de tales efectos. Tal vez haya habido niebla en Londres desde hace siglos. Me atrevo a anrmar que así ha sido. Pero nadie la veía y por eso nada sabíamos de ella. No existió hasta que el Arte la inventó.


El pasado miércoles, en Valencia nos encontramos con la niebla, tal vez por lo que expone Vivian, tal vez por esas cosas del tiempo en Fallas.

En relación con el título, me inclino a pensar que la niebla en cuestión sí era natural, pues no recuerdo manifestaciones artísticas con la niebla en Valencia como tema concreto, ni ambiente ocasional. También es cierto que hace tiempo que no recordaba la presencia de niebla en Valencia.

Lo que sí puedo decir en esta ocasión es que la prensa local reaccionó con rapidez, y no eran las ocho de la mañana, y en sus ediciones digitales ya reflejaban lo que estaba sucediendo, tanto un periódico como el otro.

Y dejemos ya el tema, pues como prosigue Vivian en su manifestación:
Debo admitir que actualmente se abusa de ella. Se ha convertido en mero amaneramiento de una camarilla, y el exagerado realismo de su método provoca bronquitis a la gente aburrida. Donde las personas cultivadas pillan un efecto, los incultos sólo pillan un resfriado.

… y no es cuestión de enfermar.

Créditos:
Extractos de La decadencia de la mentira. Un comentario, de Oscar Wilde, según traducción de Javier Fernández de Castro, tomado de la edición realizada por Acantilado, como número 65 de su colección Cuadernos, en la biblioteca del autor.
Fotografía del Museo de las Ciencias, en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, el miércoles día 11, a las siete de la mañana, del autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario